Los príncipes Alberto y Charlene acudieron al tradicional evento, así como Carolina de Mónaco y dos de sus hijos, Andrea y Alexandra
La familia real monegasca aprovechó el buen tiempo para celebrar su ya tradicional ‘picnic’ en los jardines de la princesa Antoinette, llamados así en honor a la hermana de Rainiero III de Mónaco. Se trata de una fiesta organizada por el alcalde de la ciudad y a la que se invita únicamente a los ciudadanos del principado.
La princesa Charlene de Mónaco se veía muy guapa, como es costumbre. Para este fresco y soleado día eligió vestir de forma clásica, muy habitual en ella, y lució una combinación de abrigo y vestido en tono gris perla a la altura de la rodilla. Además, la sudafricana llevó el cabello recogido y como complementos optó por unos sencillos aretes de perlas y un llamativo collar de varias vueltas. Por su parte, el príncipe Alberto II vistió una elegante chaqueta negra, pantalones beige y corbata roja.
La otra gran protagonista de la jornada fue la princesa Carolina, quien en esta ocasión prefirió ir de largo, con una falda plisada, sandalias planas y una sencilla blusa. Destacaba la simplicidad del estilismo de la princesa de Hannover frente a la elegancia de la nueva princesa de Mónaco.
A este evento también acudieron los dos de los hijos de Carolina, Andrea Casiraghi y la princesa Alexandra de Hannover, mientras que los grandes ausentes fueron la princesa Estefanía y sus hijos, Louis, Pauline y Camille, así como los otros dos hijos de la princesa Carolina, Carlota y Pierre Casiraghi.
Los príncipes Alberto y Charlene han llevado una intensa agenda en los últimos días. La semana pasada reaparecieron en la gala Yorkshire Variety Club Golden Jubilee Charity Ball de Leeds, mientras que días después presidieron en la Ópera de Montecarlo una gala para presentar la Colección Princesa Grace junto a Carolina de Mónaco.