El príncipe Andrés se encuentra de nuevo bajo la polémica luego de haber sido denunciado por usar información falsa para registrar una empresa. Una situación que ha puesto contra a las cuerdas a la Familia Real Británica, principalmente a su hermano, el rey Carlos II.
Este nuevo escándalo se suma a una serie de controversias que han empañado la reputación del príncipe Andrés en los últimos años. Su asociación con el financiero Jeffrey Epstein, condenado por delitos sexuales, y las acusaciones de abuso sexual en su contra han llevado a su retiro de las funciones públicas.
Además de las recientes acusaciones en las que se vinculó a Andrés con el empresario chino Yang Tengbo, quien fue acusado de espionaje y de utilizar su relación con el príncipe para acceder a eventos y conexiones de alto nivel en el Reino Unido. Algo que ha generado preocupaciones sobre la seguridad nacional británica.
¿De qué se le acusa al príncipe Andrés?
Según reportes de la prensa británica, el pasado 6 de enero la organización antimonárquica Republic presentó una denuncia ante la Policía Metropolitana de Londres en la que acusó al duque de York de proporcionar información falsa al registrar la empresa Naples Gold Limited en 2002.
En los documentos oficiales, Andrés utilizó el nombre de “Andrew Inverness”, derivado de su título nobiliario de conde de Inverness. Una acción que podría constituir una violación de las leyes británicas que exigen la veracidad en la información proporcionada al registrar entidades comerciales.
Asimismo, el director ejecutivo de Republic, Graham Smith, declaró que “proporcionar información falsa en documentos oficiales es un delito”. Razón por la cual instó a las autoridades a investigar el caso con rigor. Mientras que la Policía Metropolitana confirmó la recepción de dicha denuncia e indicó que está evaluando la información antes de decidir si se llevará a cabo una investigación formal.
Por otro lado, la utilización de un seudónimo para registrar una empresa plantea serias dudas sobre la transparencia y la ética en las actividades comerciales y financieras del hermano de Carlos III. Aunque no es inusual que figuras públicas utilicen nombres alternativos para proteger su privacidad, en este caso, la falta de claridad y la posible intención de ocultar su identidad real podrían interpretarse como intentos de eludir la supervisión y la rendición de cuentas.
Mientras tanto, la opinión pública y los medios de comunicación siguen atentos al desarrollo de esta situación que, sin duda alguna, impactará de manera negativa a la percepción pública de la Familia Real Británica.
