En su reciente autobiografía, “My Name is Barbra”, la legendaria cantante y actriz Barbra Streisand ha revelado detalles inéditos sobre su relación con el actual rey Carlos III, sugiriendo que su vínculo pudo haber trascendido la mera amistad. Estas confesiones han capturado la atención mundial, arrojando luz sobre una conexión que, hasta ahora, había permanecido en gran medida en la sombra.
El primer encuentro entre Streisand y el entonces príncipe Carlos se remonta a 1974, en el set de la película “Funny Lady”. En ese momento, Carlos, que servía en la Marina Real y estaba estacionado en San Diego, decidió viajar a Los Ángeles con el propósito de conocer a la “mujer detrás de la voz” que tanto admiraba. Este encuentro marcó el inicio de una relación que se desarrollaría a lo largo de las décadas.
A lo largo de los años, Streisand y Carlos mantuvieron una correspondencia regular y se reunieron en varias ocasiones. En 1994, el príncipe asistió a un concierto de Streisand en el Wembley Arena de Londres, ocupando el Palco Real. Tras el espectáculo, le envió un ramo de flores de su propio jardín acompañado de una nota que decía: “Fue un placer asistir a tu concierto de anoche, ¡estuvo maravilloso y adoré cada minuto!”.
Ese mismo año, se informó que Carlos organizó una cena privada a la luz de las velas para Streisand en Highgrove House, su residencia en Gloucestershire. Durante esta velada, discutieron temas como el arte y la arquitectura, áreas de interés compartido por ambos.
Rumores y especulaciones de la relación de Barbra Streisand y el rey Carlos
A lo largo de los años, han circulado rumores sobre la naturaleza de la relación entre Streisand y Carlos. En 2006, una biografía no autorizada titulada “Barbra - The Way She Is” afirmó que ambos habían tenido un romance secreto en noviembre de 1994, dos años después de la separación de Carlos y la princesa Diana. Según esta biografía, Carlos proclamó que Streisand era “mi único ídolo”.
En sus memorias, Streisand aborda estos rumores con una mezcla de seriedad y humor. Reflexiona sobre la posibilidad de que, si hubiera “jugado bien sus cartas”, podría haber sido la “primera princesa judía”. Esta declaración ha generado un gran interés, ya que sugiere que la relación pudo haber tenido un componente romántico más allá de la amistad.
A pesar de las especulaciones, lo que es indudable es que Streisand y Carlos han mantenido una relación cercana a lo largo de los años. Recientemente, Streisand recibió una tarjeta de cumpleaños de Carlos que incluía una de sus acuarelas, así como un mensaje en video para celebrar su 80º cumpleaños. Estas muestras de afecto indican que, independientemente de la naturaleza exacta de su relación en el pasado, ambos continúan valorando su conexión.
En su autobiografía, Streisand también aborda otros aspectos de su vida, incluyendo las inseguridades que ha enfrentado debido a su apariencia. A lo largo de su carrera, ha sido objeto de comentarios despectivos sobre su nariz, con apodos como “oso hormiguero amable” y “hámster furioso”. A pesar de estos insultos, Streisand ha mantenido su integridad y se ha negado a someterse a una cirugía estética, afirmando que su tabique desviado contribuye a su distintivo timbre de voz.
Las revelaciones de Barbra Streisand en “My Name is Barbra” ofrecen una visión íntima de su relación con el rey Carlos III, sugiriendo que su conexión pudo haber sido más profunda de lo que se pensaba anteriormente. Estas confesiones añaden una nueva dimensión a la comprensión pública de ambas figuras y destacan la complejidad de las relaciones personales en el ojo público.