Mette-Marit de Noruega ha protagonizado una de las entrevistas más esperadas del año, emitida por la cadena pública NRK. Tras meses de polémicas en torno a su hijo mayor, Marius Borg Høiby, la princesa decidió romper el silencio y reflexionar sobre cómo ha sido este año para ella y su familia, al que calificó como “exigente” y “muy duro”.
Fue durante el programa navideño “El año con la familia real” de la cadena televisiva noruega en donde la royal de 51 años decidió romper el silencio y sincerarse sobre el duro momento por el que atraviesa no solo por el escándalo de su hijo, sino también por los problemas de salud que atraviesa.
¿Qué dijo Mette-Marit de Noruega?
Con un tono solemne y una cautela evidente, Mette-Marit no dudó en subrayar las dificultades que ha atravesado este año. “2024 ha sido un año duro. No se puede decir otra cosa. Ha sido muy, muy duro para nosotros”, declaró. Unas palabras que reflejan no solo el impacto de los escándalos de su hijo, sino también la presión mediática que ha recaído sobre ella como miembro de la realeza noruega.
Recordemos que, en los últimos meses, el hijo mayor de la princesa ha sido el foco de varias acusaciones graves, incluidas denuncias por abuso sexual y actos de violencia bajo la influencia de sustancias. Por lo que estas situaciones llevaron a la policía a investigar incluso la residencia de Haakon y Mette-Marit, un hecho que supuso un punto de inflexión para ella.
Aunque evitó entrar en detalles sobre su hijo, dejó entrever el dolor que le causó esta situación. “No creo que hubiésemos sido capaces de soportar una situación así sin esa ayuda, juntos como familia y, al mismo tiempo, mantener nuestras obligaciones para con el pueblo noruego”, explicó.
Durante la entrevista, también se abordaraon las dificultades personales de la princesa, pues desde 2018 padece fibrosis pulmonar crónica, una enfermedad progresiva que la ha obligado a reducir su agenda oficial en varias ocasiones. Este año no ha sido la excepción, ya que las crisis derivadas de su enfermedad se han sumado al estrés de los escándalos familiares. “He necesitado apoyo profesional del sistema sanitario”, confesó, haciendo evidente que las circunstancias han cobrado factura en su bienestar y en el de su familia.
Si bien en esta plática vimos destellos de vulnerabilidad de la royal, estuvo cuidadosamente regulada ya que no se abordaron preguntas sobre los detalles más oscuros de los escándalos de Marius.
Pero pesar de todo, Mette-Marit dejó un mensaje de unidad y resiliencia: “Este año nos ha enseñado la importancia de estar juntos como familia. Miramos hacia adelante con la esperanza de tiempos más tranquilos”. Una declaración que, aunque cauta, refuerza su compromiso con su papel como princesa heredera y madre en tiempos turbulentos.