Este viernes, los duques de Sussex dejaron Tonga, en donde asistieron a dos eventos, en los que Meghan, a pesar de la ajetreada agenda, se vio radiante. En la mañana, la pareja se reunió con el primer ministro, Akilisi Pōhiva, y el resto de los gabinetes políticos en el edificio nacional de Saint George, donde Markle apareció magnífica con un vestido de algodón a rayas verticales firmado por Martin Grant (el cuarto de esta gira). Como complemento calzó unos zapatos verdes, y en su mano llevó un bolso de la casa italiana Prada. Completó con unos pendientes de diamantes, de Maison Birks.
Su peinado estilo cola de caballo le otorgó un aire fresco y natural, y seguramente pronto se volverá tendencia.
Una hora y media más tarde acudieron junto a la princesa Angelika a una exposición acerca de alfombras locales y diversas artesanías que interesaron bastante a los duques. En la tarde visitaron el Colegio de Tupou, la escuela secundaria más antigua de la región pacífica. La pareja se comprometió con la iniciativa Queens’s Commonwealth Canopy, programa de conservación forestal establecido en la zona que también afecta a los 53 países de la Commonwealth. https://www.instagram.com/p/BpY95P4H8yl/?taken-by=theroyalfamily Para la ocasión, la exactriz eligió un vestido azul tipo camisero, firmado por Veronica Beard, y a los pies llevó unos zapatos azul claro con pulsera al tobillo, de Aquazzura, modelo “Amandine”.
En ese evento llegó una anécdota divertida. Recordemos que en esta gira, los duques pasarían por varias zonas donde existen antecedentes de contagio del virus del zika que se asocia con la aparición de anomalías congénitas como la microcefalia en recién nacidos y que se contagia a través de las picaduras de mosquitos. Sin embargo, tras consultar con varios especialistas, Meghan y Harry decidieron seguir adelante con sus planes y durante su estancia en el hemisferio sur la antigua actriz está recurriendo a prendas de manga larga y cantidades ingentes de repelente para no correr ningún riesgo. Lo que probablemente no se esperaba es que en su último acto oficial en Tongatapu, donde este viernes visitaron la escuela más antigua del Pacífico, decidieran echarle una mano para mantener a raya a esos molestos insectos con una inesperada y divertida canción interpretada por el coro masculino de Tupou College, que sorprendió a los duques con su ocurrencia y su espectáculo musical, en el que no faltó una coreografía con amplios movimientos de brazos y muchos sonidos similares a zumbidos, muy probablemente para espantar a cualquier mosquito que rondara por la zona, situada en el medio de un bosque. Desde luego la ocurrencia no podría haberle gustado más a la futura mamá, que pasó de la incredulidad a la risa en cuestión de segundos. De hecho, según iba evolucionando el número musical Meghan apenas fue capaz de contener las carcajadas y se la vio secándose las lágrimas en varias ocasiones, mientras su marido trataba de mantener un semblante serio y fallaba estrepitosamente.
El acto acabó con una encuentro junto al rey Tupou VI y su esposa, la reina Nanasipau’u, quienes despidieron a la pareja que permaneció menos de un día en Toga. Al despegar rumbo a Síndey, su siguiente parada, vivieron un momento tenso cuando el piloto del avión de Qantas 737 tuvo que detener la aeronave repentinamente. Según se informó, no pudo alzar el vuelo, ya que otro avión se encontraba demasiado cerca y no le dejaba espacio suficiente para salir. Por suerte, todo salió bien y quedó en un pequeño susto sin incidentes. Por: Redacción Vanidades / Foto: Getty Images
