La semana ha comenzado con una agenda oficial llena para los duques de Sussex, quienes visitaron este lunes Birkenhead, en el noroeste de Inglaterra, para interesarse por distintas organizaciones locales dedicadas a ayudar y mejorar las condiciones de vida de los grupos que conforman su comunidad. Se trata de su primer acto conjunto de 2019 y, una vez más, la antigua actriz se ha convertido en la gran protagonista. Mucho se ha especulado de la fecha exacta en la que nacerá el primer hijo de la pareja, y fue la misma duquesa quien reveló que esperan su llegada para abril. Y para quienes están haciendo apuestas sobre el sexo del pequeño, tendrán que esperar hasta que nazca porque ella también dijo que no quieren saber, ya que prefieren que sea una sorpresa. Y a quienes intentaron sacarle algún detalle que pudiera ofrecer una pista asegurándole que la forma de su barriga apuntaba en un sentido u otro, ella respondió de forma muy evasiva a esos comentarios alegando que había opiniones de todo tipo al respecto y que al final había un cincuenta por ciento de posibilidades.
“Le preguntamos cómo iba su embarazo y ella dijo que estaba de seis meses y se tocó la barriga”, dijo uno de los presentes que se acercó a los duques a su llegada a uno de los actos a los que asistieron.
Cuando el Palacio de Kensington publicó el comunicado que anunciaba el embarazo de Meghan el pasado octubre, informó solamente que la duquesa “espera un bebé en la primavera de 2019” y ahora, ella misma despejó las dudas para dejar clara la fecha en la que se convertirá en mamá.
Pese a ello, no parece que tenga previsto reducir sus apariciones públicas en el futuro inmediato, aunque ella misma haya bromeado con que cada vez le resulta más complicado pasar horas caminando o escuchando discursos de pie durante los recorridos como el que realizó hoy. “Nos contó que todo su embarazo había pasado muy rápido. Le pregunté qué tal se las arreglaba con zapatos de tacón tan alto y me respondió que lo iba afrontando día a día”, explicó una de las mujeres que tuvo la oportunidad de hablar unos segundos con ella.
Meghan y Harry visitaron la ciudad de Birkenhead, donde tenían previsto acudir a cuatro actos este lunes en su vuelta al trabajo como pareja tras las vacaciones con la Familia Real en Sandringham. Ella ya hizo su primera aparición pública del 2019 el pasado 10 de enero, pero este es el primer acto de la pareja en conjunto, en donde se les vio muy sonrientes y caminando tomados de la mano, como es habitual en la pareja. Y para tal ocasión Meghan Markle optó por darle un giro a su estilo al dejar de lado los tonos neutros para optar por el color con un vestido morado y ceñido al cuerpo, de Aritzia, que contrastó con un abrigo rojo, de la firma canadiense Sentaler, zapatos de tacón a tono, de Stuart Weitzman, y un bolso color camel, de la uruguaya Gabriela Hearst. En cuanto a las joyas, los pendientes son de Pippa Small y el brazalete de Bar Jewellery. ¿Qué te parece este estilo?
