Parece que una semana ha sido más que suficiente para que Meghan Markle haya dado un giro radical a su vestuario y, en consecuencia, haya rescatado esas tendencias que tanto le gustaban durante su época como estrella de la pequeña pantalla gracias a la serie Suits. El pasado viernes, la duquesa de Sussex acudió al Aeropuerto Internacional de Victoria para recoger a su buena amiga Heather Dorak -fundadora del estudio Pilates Platinum- al volante de su propio vehículo, algo que no se le había visto hacer nunca durante su tiempo en Reino Unido.
En las fotografías que le sacaron desde una distancia considerable los paparazzi, se puede ver a la esposa del príncipe Harry luciendo un atuendo muy informal y apropiado para el frío. Además de ponerse unas gafas de sol y un gorro de lana bajo el que llevaba suelta su larga melena oscura, Meghan también se enfundó un abrigo con el cuello de borreguillo, que parece ser el mismo que utilizaba con frecuencia antes de 2018, mientras aún vivía en Toronto.
Relajada
Esta combinación de prendas se aleja radicalmente de la imagen que había adoptado durante su período como ‘royal’ británica de la ‘primera división’ incluso para los eventos más informales, después de que varias de sus elecciones estilísticas, como por ejemplo unos jeans premamá con rotos en las rodillas, fueran duramente criticadas.
¿Todo calculado?
Algunos, incluso, piensan que el guardarropa de la antigua actriz sería la prueba definitiva de que renunciar a sus títulos reales y mudarse a Canadá siempre había formado parte de los planes que Harry y ella trazaron antes de casarse. Meghan habría dejado parte del contenido de su armario a buen recaudo en un almacén de la ciudad, en lugar de trasladar todas sus pertenencias al palacio de Kensington como se afirmó en su momento, y ahora estaría recuperando esas prendas de abrigo menos tradicionales.