Pocas horas después de su primera aparición junto al príncipe Harry y su hijo Archie, la duquesa de Sussex encabezó su primer acto en solitario en Sudáfrica para el que elegía su estilismo más chic hasta el momento en el viaje. Meghan visitó el centro de arte y diseño Woodstock Exchange, donde tuvo un encuentro con mujeres emprendedoras y conoció una ONG que apoya a las mujeres con VIH. Para esta ocasión, Meghan eligió un estilo sencillo, cómodo, pero elegante: un ‘jumpsuit’ negro, de Everlane, sin mangas y con escote en V en la parte frontal y espalda, pantalón ancho y cinturón. Completó con unos zapatos de tacón alto en color negro de Manolo Blahnik. Se trata de una pieza que la duquesa ya había estrenado en agosto. Para este viaje sería su tercera prenda “reciclada”. Esta prenda ha sido considerada como una pieza perfecta para un estilo de mujer trabajadora y empoderada, una imagen que la duquesa de Sussex ha querido dar al mundo exterior. El diseño de inspiración japonesa es perfecto para una salida de día o de noche. Llamaron la atención sus pendientes XL en forma de discos, de Gas Bijoux. Meghan también recurrió a uno de sus peinados clásicos y favoritos: un recogido con moño y la raya del medio perfectamente hecha. En el centro de arte, Meghan no dudó en sentarse en el piso para compartir con los más pequeños. La duquesa escuchó también a las mujeres presentes. A su llegada, Meghan fue recibida con mucho entusiasmo y recibió algunos regalos. Un dulce momento fue una niña que se le acercó a Meghan, que despertó su ternura. Y no dudó en besarle la mano, para la felicidad de la pequeña, quien seguro guardará este momento para toda su vida.