Este sábado, los duques de Sussex se despidieron de Australia con la clausura los Invictus Games, y se dirigieron a su nuevo destino dentro de su primera gira oficial por Oceanía: Nueva Zelanda, a donde llegaron este domingo. Para llegar, Meghan Markle eligió un vestido negro de Asos de la colección premamá, que se convierte en el primer vestido de maternidad que muestra en público, el cual combinó con el trench coat “Banks” de la firma neozelandesa Karen Walker , con el estampado de cuadros de la temporada, así como unos zapatos de Sarah Flint.
Luego, la pareja inició su agenda de actos oficiales y fueron a la Casa del Gobierno, donde la Primera Ministra del país y el alcalde de Wellington les dieron la bienvenida a Nueva Zelanda con un recibimiento tradicional entre danzas típicas. La duquesa se mostró encantadora mientras practicaba el saludo maorí y gracias a su naturalidad se ganó a todos los presentes y sus imágenes dieron la vuelta al mundo.
Más tarde, los duques asistieron a una recepción en Wellington para conmemorar el 125 aniversario del sufragio femenino en Nueva Zelanda, ocasión ideal para que Meghan dedicara unas palabras a las sufragistas neozelandesas, las primeras en conseguir el voto femenino sin restricciones en todo el mundo. Detrás de ella se aprecia un retrato de la reina Isabel II, con quien siempre ha mantenido una buena sintonía.
Para esta recepción, Meghan optó por un vestido negro de la firma sostenible Gabriela Hearst, una creadora feminista establecida en Nueva York, por lo que fue una elección muy adecuada para su discurso sobre las sufragistas de Nueva Zelanda. Combinó con unas sandalias y un bolso negros.
También vale la pena señalar que el collar de Meghan fue creado por la joyera nacida en Nueva Zelanda Jessica McCormack. El colgante en forma de tatuaje con diamantes se basa en “Ta Moko”, que es el arte de marcar permanentemente la piel, rellenando el diseño con herencia y simbolismo.
El discurso: Estamos orgullosos de poder unirnos a ustedes esta noche para celebrar el 125 aniversario del sufragio femenino en su ciudad. Los esfuerzos de las neozelandesas que hicieron campaña por su derecho al voto, y fueron las primeras en el mundo en lograrlo, son universalmente admirados. Mientras esperaba esta ocasión tan especial, he reflexionado sobre la importancia de este logro, pero también sobre el gran impacto de lo que simboliza. Porque sí, el sufragio de las mujeres tiene que ver con el feminismo, pero el feminismo tiene que ver con la justicia. El sufragio no se trata simplemente del derecho al voto, sino también de lo que representa. El derecho básico y fundamental de poder participar en las elecciones para su futuro y el de su comunidad. La participación y la voz que te permite ser parte del mismo mundo al que perteneces. El sufragio de las mujeres no se trata simplemente del derecho al voto de las mujeres, sino también de lo que eso representa. El derecho humano básico y fundamental de todas las personas, incluidos los miembros de la sociedad que han sido marginados, ya sea por motivos de raza, género, origen étnico u orientación, a participar en las elecciones para su futuro y su comunidad. Así que bravo, Nueva Zelanda, por defender este derecho desde hace 125 años. Las mujeres merecen tener una voz activa y un voto de reconocimiento, y enhorabuena a todas las personas que han hecho este esfuerzo y han allanado el camino para el mundo. Todos os lo agradecemos profundamente. En palabras de su sufragista Kate Sheppard: “Todo lo que nos separa, ya sea raza, clase, credo o sexo es inhumano y debe ser superado”.