Lady Di sigue siendo un gran referente en la realeza británica a pesar de haber fallecido hace 26 años. Sin embargo, existe también una cruz de amatista y diamantes que llegó a utilizar en una ocasión y que, por alguna extraña razón, nadie de la Familia Real la ha lucido después de su muerte.
Además de ser reconocida por sus increíbles looks y vestidos, la princesa Diana también deslumbraba por la joyería que llegaba a lucir junto con sus maravillosos atuendos, y una de estas piezas es un collar con una cruz que le vimos durante la década de los 80 y que nadie más se la ha vuelto a poner.
La cruz de amatista y diamantes de Lady Di
La pieza de la que estamos hablando se trata de la famosa cruz de Attallah y es un colgante de crucifijo que perteneció a Diana. De hecho, la usó en octubre de 1987, en una gala benéfica. Ahí, la lució con un vestido de terciopelo de color burdeo y negro de Catherine Walker.
En cuanto a los detalles de la joya, estaba colgada de un collar y engastada con amatistas de talla cuadrada y diamantes de talla circular, sumando unos 5.25 quilates en total. Mientras que fue diseñada en la década de 1920 por Garrard, una de las firmas favoritas de Lady Di.
Por si no lo sabías, esta es una de las piezas más extrañas pero también queridas por la misma princesa del pueblo. Incluso, expertos señalan que tenía un gran significado en cuanto a estilo. "(La cruz) simboliza la creciente confianza de la princesa en sus elecciones de ropa y joyas en este momento concreto de su vida”, de acuerdo con Kristian Spofforth, directora de joyería de Sotheby’s de Londres, segun recoge Vanity Fair.
¿Por qué nadie de la Familia Real británica usa esta cruz de Lady Di?
Aunque sabemos que varias de sus joyas fueron heredadas a sus hijos William y Harry —y que posteriormente han llegado a lucir sus esposas— el caso de esta rara pieza no es el mismo.
De hecho, el valioso crucifijo jamás se lo ha puesto alguien de los Windsor, ni las nueras de Carlos III. Pero esto no es lo único que llama la atención, pues de hecho, después de ese evento benéfico, ni Lady Di volvió a incluirla en algún look.
Luego, después de su muerte, ninguno miembro de la Casa Real se atrevió a ponérsela, y la razón para ello puede ser desde que simplemente no era de su gusto o que no quisieran portarla por alguna especie de temor desconocido. En cualquier caso, solo ellos lo sabrán con certeza.
Por último, esta joya fue subastada a principios de año y la socialité e influencer Kim Kardashian fue quien adquirió la pieza por 162.800 libras (197.453 dólares). Por lo que esto deja en claro que no es una pieza que sea bienvenida en la familia de Isabel II.