El príncipe Johan Friso renunció a su derecho al trono para casarse con Mabel, una mujer con un pasado controversial
Aunque tiene una cara angelical, desde antes de casarse en el 2004 con el príncipe Johan Friso de Holanda, el segundo hijo (y dicen que el favorito) de la reina Beatriz, la princesa Mabel ha sido una mujer polémica. El servicio, el nuevo libro de memorias de Frits Hoekstra, exagente de los servicios secretos holandeses, vuelve a “revolver” su pasado. Lo más interesante es que la muy comentada vida desordenada que supuestamente llevaba la chica de soltera, puede haber sido una forma de disimular que desde muy joven era espía del Servicio Secreto de Holanda.
La princesa Mabel de Orange-Nassau -nacida Mabel Martine Los y después Mabel Martine Wisse Smit, al adoptar el apellido de su padrastro- nació hace 43 años en Holanda, y desde pequeña fue una excelente alumna. Estudió Ciencias Políticas y Economía, y se graduó Cum Laude. Trabajó como becaria en las Naciones Unidas y después en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Holanda, donde se rumora que comenzó su carrera de espía.
Mabel habla seis idiomas, incluyendo dos lenguajes de los países de los Balcanes, que la llevaron inmediatamente al mundo de la diplomacia y a desempeñar un papel protagónico en las Conferencias de Paz de Dayton en 1995. Poco a poco, con solo 27 años, se convirtió en directora de un sinfín de importantes fundaciones e institutos filantrópicos internacionales. Y a los 30 años era una de los 100 Líderes del Futuro, según el respetado World Economic Forum, y una de las mujeres más influyentes de Europa.
Sin embargo, esto no fue suficiente para que el gobierno holandés “aprobara” su matrimonio con el príncipe Johan Friso, pues consideró que Mabel Wisse Smit había dado información falsa e incorrecta sobre su vida, al no ser sincera sobre su relación con el conocido traficante de drogas Klaas Bruinsma, quien fue asesinado en 1991. La propia reina Beatriz se quedó asombrada cuando se enteró de eso, después de haber bendecido el compromiso de la pareja. El mismo príncipe Johan Friso -quien tuvo que renunciar a su derecho al trono para casarse con Mabel- admitió en un documento que, aunque faltaba cierta información sobre la vida de Mabel, negaba que su futura esposa hubiera tenido una relación amorosa con el mencionado personaje. ¡Imagínense qué escándalo en una monarquía como la de Holanda, más bien tranquila en apariencia y con la figura alegre de la siempre sonriente reina Beatriz!
Mabel conoció al príncipe Johan Friso, de 43 años, a través de su amiga Laurentien Brinkhorst (quien después se casó con el príncipe Constantijn, hermano de Johan Friso) y el encuentro fue un flechazo. Pero nadie supo entonces que en sus días en la universidad, en 1989, la chica supuestamente fue la amante durante largo tiempo del conocido gánster y traficante de drogas, 15 años mayor que ella, Klaas Bruinsma, un hecho que cuando fue conocido, motivó que el gobierno se opusiera inmediatamente al enlace. Pero Johan Friso amaba tanto a Mabel -cuya inteligencia dicen que es casi de genio- que se casó con ella en el 2004, después de renunciar a su derecho al trono (era el heredero después del príncipe Guillermo Alejandro, el esposo de Máxima Zorreguieta). La pareja tuvo dos hijas, las pequeñas condesas Emma Luana y Joanna Zaria, y hasta el 17 de febrero de 2012 vivían felizmente en Londres como un matrimonio modelo. Ese terrible día fue cuando, esquiando en los Alpes de Austria, el príncipe Johan Friso fue enterrado en una avalancha de nieve, bajo la cual estuvo sin acceso a oxígeno durante 25 minutos, hasta que lo encontraron y lo resucitaron. Desde entonces yace en coma en un hospital de Londres, a donde fue trasladado en marzo, pero dicen que el daño cerebral que sufrió es irreversible.
La princesa Mebl (al centro) acude al hospital acompañada de la princesa Laurentien y del príncipe Constantijin
Las imágenes de esa tragedia dieron la vuelta al mundo y la reina Beatriz quedó destrozada. Visitaba el hospital diariamente del brazo de una compungida Mabel. Hoy día la soberana viaja de Amsterdam a Londres una vez a la semana para sentarse en silencio junto a la cama de su hijo, quien sigue en coma seis meses después del accidente. Este hecho ha provocado de nuevo la atención sobre Mabel, quien preferiría que nadie siguiera hablando de su vida pasada. Ahora, estas memorias incluso mencionan su conocido affair en el 1993 con el embajador de Bosnia en las Naciones Unidas Mohamed Sacirbey.
Frits Hoekstra, el exagente de los servicios secretos holandeses DVB, cuenta que la relación de la princesa con Sacirbey, una figura clave en las negociaciones de paz, sirvió para que consiguiera la información que fue muy importante en los difíciles convenios de la zona. Y se comentó que el Servicio Secreto de Holanda le pidió entonces a Mabel que mantuviera esos contactos con Sacirbey para que proporcionara “valiosa información sobre la estrategia negociadora de los bosnios”. ¡Toda una Mata Hari holandesa! ¿Quién podría imaginárselo? La chica supuestamente había llamado la atención del DVB cuando era estudiante y la usaron en varias misiones. ¿Verdad o no? No se sabe con exactitud, pero cuando pasaron unos años y Mabel y Johan Friso se enamoraron, el gobierno sabía perfectamente que la futura princesa tenía una gran experiencia en los servicios de seguridad. Fue en ese momento cuando el primer ministro holandés Jan Peter Balkenende sugirió que Mabel Wisse Smit ?no había dicho toda la verdad?, por lo que el Parlamento no aprobó el matrimonio y Johan Friso tuvo que enfrentarse a todos para poder casarse con ella.
Aunque es una monarquía, el Parlamento y el primer ministro son los que mandan en Holanda y no es la primera vez que los políticos interfieren en los matrimonios reales, y más aún cuando son personas que no pertenecen a la aristocracia.
Remontándonos al año 2002, cuando tuvo lugar la boda de la plebeya argentina Máxima Zorreguieta con Guillermo Alejandro, el príncipe heredero del trono, no podemos olvidar las lágrimas derramadas por la novia durante la ceremonia, al no poder estar presentes sus padres, pues el primer ministro había prohibido que Jorge Zorreguieta -considerado persona non grata por haber sido ministro de Agricultura durante el régimen del general Jorge Rafael Videla en Argentina- asistiera a la boda de su hija, por lo que la madre de Máxima tampoco fue, y se quedó junto a su marido viendo la boda real desde un hotel de Londres.
Ahora, ocho años después de su boda con Mabel, el príncipe Johan Friso depende de las máquinas a las que está conectado, y es ella -la princesa de Orange-Nassau, condesa de Orange-Nassau y señora Van Amsberg- quien debe decidir el destino de su marido. ¿Lo desconectará o seguirá esperando un milagro? El corazón de Johan Friso solo late con la ayuda de las máquinas y no tiene función cerebral alguna, pero Mabel va a verlo todos los días al hospital, le toma la mano y le habla durante horas. Ella tiene la esperanza de que él sienta que está a su lado y que lo ama profundamente. Mientras tanto, los fantasmas del pasado de la princesa van apareciendo poco a poco... Ahora la colocan viajando de incógnito con pasaporte sueco y siendo evacuada de Libia, ya que las revueltas políticas la sorprendieron representando al gobierno de Holanda en negociaciones secretas sobre el petróleo y la fortuna que dejó en Holanda el depuesto y asesinado dictador Muammar Gaddafi. ¿Toda una heroína...? Esto no será lo último que sepamos de Mabel y su arriesgada vida.
Los príncipes John Friso y Mabel con sus dos hijas: las condesas Emma Luana y Joanna Zari