En el último año, los dos hijos mayores de los duques de Cambridge se han convertido, con permiso de los novios, en los grandes protagonistas de los enlaces relacionados con la casa real británica, en los que han ejercido de pajes o de portadores de las flores.
Pajes de lujo
Tanto George como Charlotte formaron parte de la ceremonia con que su tío, el príncipe Harry, contrajo matrimonio en mayo del año pasado con Meghan Markle y realizaron un trabajo excepcional gracias, sin duda, a la experiencia que ya habían adquirido cuando desempeñaron un papel similar en otra boda, la de su tía Pippa Middleton, hermana pequeña de su madre. Poco después, los pequeños volvieron a acaparar todas las miradas cuando otra pareja contrajo matrimonio en la capilla del palacio Windsor, la formada por la princesa Eugenia -prima de William y Harry- y Jack Brooksbank, y cabe la posibilidad de que en breve vuelvan a requerirse sus servicios en vista de que uno de los padrinos de Charlotte, Thomas van Straubenzee, se ha comprometido con Lucy Lanigan-O´Keefe, una de las profesoras del centro educativo al que acude George y desde hace unos meses también su hermana pequeña.
Lazos de amistad
Thomas van Straubenzee mantiene una estrecha relación con el príncipe William desde sus años como estudiantes en el colegio Ludgrove: el nieto de Isabel II ya tuvo un rol relevante en la primera boda de su amigo y, cuando nació su hija Charlotte, quiso devolverle la confianza que había depositado en él pidiéndole que fuera uno de los padrinos de la pequeña. Además, el príncipe Harry también participó en el enlace de Charlie, el menor de los hermanos van Straubenzee, de ahí que no resulte descabellado pensar que Thomas contará con su presencia cuando pase de nuevo por el altar y, por extensión, también con la de George y Charlotte.