Sin tener nada que ver con cuestiones de educación ni de falta de lecciones de modales, varios de los royals han incurrido en actitudes caprichosas, comunes entre las infancias, pues su carácter de herederos no los exime de sentir desesperación en situaciones pensadas bajo la lógica de dinámicas adultas.
Es el caso de los tres hijos del príncipe William y Kate Middleton, quienes en diversas ocasiones han protagonizado una serie de berrinches en medio de situaciones importantes para la Corona, como el jubileo de diamante de la reina Isabel II o incluso la coronación de Carlos III.
A pesar de que el menor de los príncipes de Gales, Louis, ha demostrado ser el pequeño más desacatado, su hermano George no se queda atrás y también ha sido captado poniendo en aprietos a sus famosos padres, quienes, afortunadamente, han sabido cómo manejar la situación con sabiduría para apaciguar las impaciencias del futuro rey.
El llanto de George en el bautizo de Charlotte
El pequeño príncipe no pudo contener el llanto y la desesperación en uno de los días más importantes de la corta vida de su hermana menor, la princesa Charlotte, y estalló en llanto después del servicio del bautizo celebrado en la Iglesia de Santa María de Magdalena.
Con tan solo dos años de edad y vistiendo un novedoso conjunto de shorts rojos y camisa con cuello bobo con bordados, el futuro monarca del Reino Unido protagonizó uno de los momentos que más lo han hecho lucir como un niño normal.
Los pucheros del príncipe George en la boda de Pippa
Definitivamente, los pequeños príncipes de Gales, George y Charlotte, fueron unos de los protagonistas durante la boda en 2017 de Pippa Middleton con James Matthews, donde fungieron la labor de paje y dama de honor, respectivamente.
Además de su preciosa labor en el altar, destacaron los curiosos gestos de disgusto de George, que, según testigos, fueron generados a partir de que sus padres lo reprendieron por pisar el lujoso vestido de la novia.
Cuando el pequeño George no pudo más con el ruido
En 2016, William y Kate decidieron asistir a un evento de pilotos en la base aérea RAF Fairford, donde George, aún siendo un bebé, no soportó el ruido generado por los motores y protagonizó uno de sus más icónicos berrinches, ante el cual su madre únicamente se le ocurrió la idea de cargarlo en brazos, lo que finalmente sí resultó una buena idea, ya que el pequeño príncipe se calmó de inmediato.
Estos y otros divertidos momentos, han pasado a la historia, comprobando a los civiles cómo hasta los miembros de la Realeza tienen sus momentos de debilidad y caen en momentos de llanto inconsolable.