Desde que los hoy duques de Sussex anunciaran su compromiso en diciembre de 2017, la pareja se ha convertido en el centro de millones de miradas y todo lo que hacen se transforma en noticia. A partir de ese momento, Meghan se ha mantenido firme y confiada como foco de atención, pero últimamente ha tenido mucho cuidado en asegurarse de que su poder de estrella no eclipse a su marido. De acuerdo con la experta en lenguaje corporal Judi James, la exestrella de Suits, de 37 años, inicialmente parecía tener la sartén por el mango, como al dominar la entrevista que concedieron con motivo de su compromiso. Sin embargo, desde que se convirtió en miembro de la familia real, el pasado mayo cuando se casó con Harry, se dio cuenta de que “‘robar escena’ podría haber alejado al público y a su marido”. Así que Meghan comenzó a usar técnicas para evitarlo, como mantenerse un poco detrás de Harry en los eventos y permitirle llevarla cuando están tomados de la mano.
Pero eso no quiere decir que Meghan se haya vuelto sumisa, ya que usa gestos “casi maternales”, como frotar la espalda de Harry para hacerlo sentir aún más seguro.
“Todos los matrimonios exitosos se basan en señales de poder finamente sintonizadas y, a menudo, fluctuantes que forman un ‘ajuste’ complementario para la pareja ', señaló Judi a Femail. Aunque algunos podrían sugerir que la empoderada imagen con la que llegó a Reino Unido ha sido disminuida a propósito u obligada por la realeza, para James afirma que se trata de un nuevo enfoque sin perder su papel. “Meghan llegó confiada y elocuente… ella mantiene una campaña por la equidad y ahora tiene un acercamiento más profesional con los medios”.
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