Fue el pasado 4 de junio cuando la reina Letizia Ortiz de España aterrizó en la Ciudad de Guatemala para dar inicio a su visita de Cooperación con el país latinoamericano. A su llegada la reina fue recibida cálidamente por la viceministra de Relaciones Exteriores del Estado, María Luisa Ramírez y la embajadora de España en la República de Guatemala, María Clara Girbau.
Más tarde, Doña Letizia se dio cita con la primera dama de la República de Guatemala, Lucrecia Peinado, con quien la royal parece haberse entendido más que bien. Aunque, cabe mencionar que esta no es la primera vez que las dos importantes mujeres se reúnen, sino que anteriormente ya habían tenido la oportunidad de conversar y almorzar en La Zarzuela, durante la visita del presidente Bernardo Arévalo de León a Madrid, durante el pasado mes de febrero.
En su nuevo encuentro, la ex periodista y la primera dama aprovecharon para charlar sobre dos de los asuntos que más preocupan la reina y a la Casa Real: la salud mental y la violencia de género, dos temas que sin duda terminaron de afianzar la relación de estos dos importantes personajes de la vida política internacional.
Además, al respecto de la gran química que hubo entre Ortiz y Peinado cabe mencionar que fue este factor el que en algún momento de la visita provocó que la monarca se viera en la necesidad de romper el protocolo real, algo a lo que, sin duda, ya está más que acostumbrada, y que a su vez le tiene sin cuidado.
Letizia Ortiz se salta los protocolos en Guatemala
Demostrando nuevamente su sencillez y su esencia rebelde, la reina Letizia decidió romper el protocolo real minutos antes de aparecer en un retrato oficial junto a la esposa de Bernardo Arévalo.
Resulta que después de su visita al Palacio Nacional de la Cultura guatemalteco, el servicio real se disponía a colocar a la reina y a la primera dama en posición para ser capturadas en una instantánea histórica. Sin embargo, fue justo en ese momento cuando la esposa de Don Felipe decidió que el posado no reflejaba la esencia del momento, por lo que decidió acabar con los varios metros de distancia que la separaban de Lucrecia Peinado para acercarse a ella y tomarla del brazo como si fueran viejas amigas.
En ese momento todos los fotógrafos presentes se conmocionaron, sin embargo las mujeres protagonistas de la noticia siguieron platicando con desfachatez.
Sin más que hacer, los reporteros terminaron de captar la historia mientras que el resto de testigos dispararon para capturar el instante, el cual, sin duda, será recordado como uno de los momentos más memorables respecto a la visita de la reina a tierras guatemaltecas.