Detrás de la elegancia y la firmeza de Letizia Ortiz, la reina consorte de España, se esconde una historia familiar llena de éxitos, tragedias y la inquebrantable determinación de sus abuelos, Menchu Álvarez del Valle y José Luis Ortiz, quienes dejaron una huella imborrable en su vida.
Pero, entre los momentos de gloria, también hay episodios de profundo dolor, como la pérdida de su madrina de bautismo, Cristina Ortiz, que marcó un antes y un después en la familia de la consorte. Aquí te los contamos al detalle.
La historia de la familia de Letizia Ortiz
Menchu Álvarez del Valle no era una abuela común. Su nombre resonaba con respeto y admiración en el mundo de la radio. Fue una de las locutoras más destacadas de Asturias. Nacida en 1928 en Santander, Menchu se estableció en Oviedo a los 16 años, donde conoció al gran amor de su vida, José Luis Ortiz Velasco, un representante de la firma italiana Olivetti con quien contrajo matrimonio en 1949.
Fruto de esa unión nacieron tres hijos: Jesús Ortiz, el padre de la reina Letizia; Henar y Cristina Ortiz, cuya historia trágica dejó una marca imborrable en la familia tras su lamentable partida.
Cristina Ortiz fue una de las figuras clave en la infancia de Letizia. Fue su madrina de bautismo y su repentina muerte en 2001, a causa de un cáncer, fue un golpe devastador para la familia. No obstante, sus padres, Menchu y José Luis, sobrellevaron la pérdida, acompañándola hasta el final en un proceso que también estuvo marcado por otra tragedia inminente.
Poco después del fallecimiento de Cristina, al abuelo de Letizia, José Luis Ortiz, le diagnosticaron cáncer. Su batalla fue dura y, a pesar de los tratamientos de radio y quimioterapia, falleció en marzo de 2005 a los 82 años. Para Letizia, que ya era princesa de Asturias en ese momento, fue una época de enorme sufrimiento.
Así era el gran vínculo que tenía Letizia Ortiz con sus abuelos
A lo largo de su vida, la reina Letizia siempre mostró un gran apego a sus abuelos. De hecho, durante la enfermedad de su abuelo José Luis, se desplazó en varias ocasiones hasta su casa. Además que la relación con su abuela fue también muy estrecha. Mientras tanto, Menchu murió hasta los 93 años, el 27 de julio de 2021, en plena crisis por la pandemia de Covid-19.
Por otro lado, llama la atención que al entierro de Menchú Álvarez no haya asistido ni Letizia ni su esposo, Felipe VI, a pesar de lo cercana que eran abuela y nieta. No obstante, dicha ceremonia fúnebre fue muy discreta y solo asistieron familaires y amigos.
Así, con estos antecedentes podemos darnos cuenta de que la historia de la familia Ortiz Álvarez está marcada por el talento, la dedicación y el sacrificio y que, además, doña Letizia no solo heredó de ellos su disciplina y su amor por la comunicación, sino también la fortaleza que hoy la define como reina de España.
