Definitivamente, la vida de Kate Middleton, como la de todas las mujeres que han experimentado la maternidad, cambió desde el momento en el que tuvo conocimiento del embarazo de su primer hijo, el príncipe George.
Posteriormente, en 2013, tras el nacimiento de su primogénito, su panorama sobre ser madre se amplió aún más, enfrentándose a una serie de difíciles desafíos, de acuerdo a lo comentado por la misma Kate en 2017 en un evento de la Fundación Heads Together, donde habló de varios de los procesos que vivió después de su primer parto.
Kate comentó en dicho evento que ella formó parte de la estadística que contempla que una de cada diez mujeres padece depresión postparto, según datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), y que debido a esto fue invadida por un sentimiento de soledad y falta de apoyo para el cuidado del pequeño royal que acababa de dar a luz.
Otras confidencias sobre las dificultades de ser madre hechas por Kate
En el mismo foro, ya contando con la experiencia de haber comenzado la crianza de George y Charlotte, Middleton habló más sobre su experiencia con la maternidad, subiendo al estrado colocado por la organización británica para las infancias.
En aquel emotivo discurso, Kate comentó que incluso para ella, que cuenta con un sistema de apoyo para el cuidado de sus descendientes, ser madre ha sido todo un reto, lleno de “emociones complejas, de alegría, agotamiento, amor y preocupación, todas mezcladas a la vez”.
También mencionó que a pesar de las dificultades, la experiencia de la maternidad termina siendo “gratificante y maravillosa”, y resaltó la importancia del cuidado de la salud mental en quienes se estrenan como madres de un individuo, ya que tanto los factores hormonales como las labores de crianza parecieran estar inscritos en algún lado, pero no es así; por lo que es importante siempre pedir apoyo cuando se requiera.
