Hablar de bodas reales siempre supone evocar la imagen de esplendorosos vestidos de novia, tiaras, uniformes de cadete e incluso fastuosas recepciones. Para muestra de ello basta con voltear hacia el caso de Lady Di y el príncipe Carlos, quienes se casaron en frente de 3500 invitados, en la Catedral de San Pablo; o bien en el de Grace Kelly y el príncipe Rainiero III, cuyo enlace fue bautizado por la prensa como la “boda del siglo”.
Sin embargo, no todo se trata de ceremonias de cuentos de hadas, sino que también vale la pena voltear a mirar casos en los que la discreción fue la primera variable a destacar dentro de los fastos, como es el caso de royals como Astrid de Noruega y Lady Davina Windsor, quienes tuvieron bodas poco convencionales en comparación con otros enlaces de la realeza.
Sin más preámbulo, te presentamos 3 casos de bodas reales poco convencionales.
Princesa Astrid de Noruega y Johan Martin Ferner (1961)
La boda de la hermana del actual rey Harald V forma parte de los enlaces nupciales más discretos de la realeza, ya que este se realizó con muy bajo perfil en una pequeña iglesia en Asker, con aproximadamente 200 invitados.
Otro detalle austero que se vislumbró en el evento fue el tocado de la novia, el cual se remitió a ser un simple velo sin tiara. Además, como dato adicional, cabe destacar que debido a que se realizó en invierno, la ceremonia se llevó a cabo a temperaturas bajo cero, una variable que, sin duda, influyó en la disminución del glamour del evento.
Princesa heredera Margarita de Dinamarca y Henri De Laborde De Monpezat (1967)
La boda de los padres del rey Federico X también forma parte de los enlaces poco convencionales, ya que este duró tan solo 20 minutos, contrario a las ceremonias danesas que suelen durar largas horas.
Además, cabe mencionar sobre el atuendo de la novia su vestido con una cola de seis metros y el ramo de margaritas, que llevó en honor a su propio nombre.
También es preciso hacer mención de la ausencia de la reina Ana María de Grecia, que fue inhabilitada por el gobierno porque su marido, Constantino II, era el gobernante nominal de un estado en el que una junta militar había tomado recientemente el poder, lo cual revela como siempre han existido las ausencias dentro de los eventos importantes para la Familia Real danesa.
Lady Davina Windsor y Gary Lewis (2004)
Por último, también cabe mencionar el caso de la hija mayor de los duques de Gloucester. quien se casó con un esquilador de ovejas, el neozelandés Gary Lewis, en una discreta ceremonia celebrada en la capilla del Palacio de Kensington.
A su vez, la bisnieta de María de Teck se negó a usar una tiara y, en su lugar, tejió flores azules y blancas en su cabello, demostrando así que no todo son lujos para los Windsor.