En los últimos días la salud de la infanta Sofía ha sido objeto de diversas especulaciones en la prensa española. Ello debido a su apariencia física, la cual ha tenido un notable cambio desde que comenzó a estudiar en el UWC Atlantic College en Gales, la misma escuela en la que estudió hace un tiempo su hermana, la princesa Leonor.
Estas conjeturas se centran principalmente en su alimentación y bienestar físico, especialmente desde su ingreso al internado en Gales en el que estudia el bachillerato. Una situación que, de acuerdo con reportes periodísticos, no sería del agrado de su madre, Letizia Ortiz.
¿Qué pasa con la salud de la infanta Sofía?
Según algunos medios, Sofía de Borbón habría experimentado cambios en sus hábitos alimenticios desde su estancia en Gales. Se sugiere que el hecho de tener una mayor autonomía en su rutina diaria podría haber influido en una alimentación desordenada. Mientras que este descontrol, según supuestas fuentes cercanas a la Casa Real, preocuparía bastante a la reina Letizia ya que ello podría perjudicar a la salud física de su hija menor.
Incluso, las mismas fuentes señalan que Letizia Ortiz habría tomado medidas para supervisar y orientar a Sofía hacia hábitos más saludables, incluyendo la implementación de dietas equilibradas y rutinas de ejercicio, además de recibir atención de un endocrinólogo. Sin embargo, cabe resaltar también que la distancia y la vida independiente de la joven royal en el internado podrían haber limitado la influencia directa de la reina en estos aspectos.
Recordemos que la esposa de Felipe VI es también conocida por su estilo de vida saludable y su interés por la alimentación equilibrada. A lo largo de los años, ha destacado por su enfoque en la nutrición como un pilar fundamental no solo para su bienestar personal, sino también para fomentar hábitos saludables en su familia.
Por ello es que no debería sorprendernos que, como madre, Letizia también se involucre en los hábitos alimenticios de sus hijas y busque inculcarles la importancia de una alimentación sana desde temprana edad, lo que ha sido evidente en los discursos que ha dado sobre nutrición y salud así como en el estricto menú que ella misma supervisa en el Palacio de la Zarzuela.
No obstante, también debemos reconocer que la transición a una vida más autónoma, como lo es en el caso de la infanta Sofía, representa un desafío para cualquier adolescente. Con lo cual se vuelve más difícil el hecho de que otros puedan ordenarle a la joven royal qué tipo de alimentos puede comer y cuáles están prohibidos.
Aunque, en resumen, a partir de esta situación podemos señalar que esta especulaciones sobre su salud y bienestar reflejan la presión constante que enfrentan los miembros jóvenes de la realeza, quienes deben equilibrar su desarrollo personal con las expectativas públicas.