El ataúd del príncipe Henrik llegó a la iglesia del Palacio de Christiansborg en Slotsholmen. El exobispo de la Catedral de Copenhague y el confesor real Erik Normann Svendsen dirigieron el servicio religioso en su honor. Además, decenas de coronas florales fueron dejadas por algunos daneses en su memoria.
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Desconsolada, la reina Margarita II llevaba un velo negro. Ella y su difunto esposo estuvieron casados por más de 50 años; tuvieron dos hijos, el príncipe heredero Federico y el príncipe Joaquín, y ocho nietos.
La monarca estuvo acompañada por toda su familia. La princesa heredera Mary acudió con su marido, el príncipe Federico, y sus hijos, los príncipes Christian, Isabella, Vincent y Josephine, en busca de apoyo. De igual forma, la princesa Marie y su esposo, el príncipe Joaquín, llegaron con sus dos hijos, el príncipe Henrik y la princesa Atenea, así como los dos hijos del anterior matrimonio de Joaquín, los príncipes Nikolai y Félix.
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A la salida del féretro, cada uno de los miembros de la familia se colocó en el pasillo de la puerta para despedir solemnemente al royal.
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