Si existió una relación dentro de la realeza que parecía ser un cuento de hadas, esa fue la de Stefano Casiraghi y Carolina de Mónaco, pues por años fueron una de las parejas más famosas, sin embargo, su amor estaba destinado a terminar el 3 de octubre de 1990, cuando un accidente terminó con la vida del empresario italiano.
Esta fecha ha quedado marcada para siempre en la vida de la princesa monegasca, quien en ese entonces se quedó viuda y con tres hijos pequeños. Sin embargo, la sorpresiva forma en la que Carolina se enteró de cómo murió su esposo pareciera una jugada cruel del destino para que jamás se volvieran a ver. Hoy te contamos cómo fue y con quién se encontraba cuando perdió al amor de su vida.
Así fue cómo Carolina de Mónaco se enteró de la muerte de Stefano Casiraghi
En aquella ocasión, la hija de Grace Kelly había decidido no acompañar a su marido Stefano, quien participaba en una competición de lanchas motorizadas en Montecarlo, uno de sus deportes favoritos. Ella se encontraba en París con su amiga, Ines de la Fressange, cuando se enteró del fallecimiento de su marido.
Stefano estaba compitiendo en su lancha Pinot di Pinot cuando una ola inesperada hizo que ésta volara por los aires, girando sobre sí misma, hasta chocar con el agua y quedar invertida, provocando que el italiano muriera por el impacto.
La princesa Carolina recibió una llamada que le informó la muerte de Stefano, ya que ella estaba con su amiga para acudir a la ópera en París, por lo que quedó en shock al escucharla. De hecho, estaba tan desolada que no pudo explicarle a sus hijos, en ese entonces unos niños, lo que había pasado, y fue Rainiero III el que tuvo que contarles la situación.
Asimismo, la princesa monegasca no dudó en trasladarse de Francia hasta Montecarlo, y estuvo acompañada en todo momento de su amiga Ines, quien se convirtió en un gran apoyo para ella en esos momentos tan difíciles.
La pérdida de Casiraghi causó una gran tristeza en Carolina, algo que fue muy evidente en el funeral, pues la royal sumida en la tristeza y el dolor había perdido al gran amor de su vida, además de que se había quedado viuda a los 33 años y con tres hijos pequeños que también perdieron a su padre.
Pese a que la también princesa de Hannover siempre solía acompañar a Stefano en sus competencias, el destino actuó para que Carolina se enterara de forma sorpresiva y repentina que al hombre que tanto amó perdió la vida haciendo el deporte que más amaba.
