Si bien desde su época de nadadora, el estilo y porte de la princesa Charlène de Mónaco ha sido impecable, en los últimos años se ha reafirmado su papel como representante de la moda royal, debido a que a sus últimas apuestas de estilo se han añadido como complementos los atuendos de sus hijos, los mellizos Jacques y Gabrielle, quienes poco ha poco también se han ido convirtiendo íconos de la alta costura infantil.
Para muestra de dicho planteamiento basta con voltear hacia la más reciente aparición de la familia real monegasca en el E-Prix de Mónaco, es un evento deportivo de coches de carreras eléctricos monoplaza al que año con año acuden los royals, casi como una cita obligada.
A tal acto acudieron los royals mostrando su lado más estiloso, por medio de atuendos que dejaron ver que, sin duda, Charlene se esmera por hacer brillar a todos los miembros de su familia de pies a cabeza.
Charlene de Mónaco y su peculiar manera de combinar con sus hijos
La manera en la que la princesa de Mónaco procura resaltar la elegancia de su familia es evidentemente por medio de la moda, ya que Su Alteza no descuida la manera de combinar de cada uno de los atuendos de sus miembros, los cuales por separado logran reflejar fielmente la respectiva esencia individual tanto de los pequeños Jacques y Gabrielle, como del mismísimo Alberto II.
En el caso del E-Prix, Charlene optó por aparecer ella misma luciendo una combinación que conjunto: una chaqueta wetsuit de Louis Vuitton, con un pantalón cargo color blanco firmado por la misma maison. A este estilo agregó un par de stilettos negros modelo “Heartbreaker” también de LV.
Mientras que, para hacer un match perfecto con sus hijos, la royal optó por seleccionar para los pequeños dos atuendos en conjunto, protagonizados por chaquetas de cuero; la de Gabrielle en color rosa claro y la de Jacques en color negro, siendo estas las prendas que otorgaron unidad al fit familiar y reforzaron el mensaje de complicidad que buscaban transmitir al público.
Cabe recordar que esta fórmula no es nueva, ya que en la pasada final de tenis de Montecarlo, la familia real monegasca también se mostró en unidad por medio de la portación de extravagantes lentes oscuros, una pieza que modelaron todos en común y que revelaron en claro mensaje de unidad que existe entre ellos, aunque claro, de manera más estilosa del lado de Charlene que del de Alberto II.