Se dice que la reina emérita Sofía de Grecia, esposa del exiliado Juan Carlos I y madre del actual rey de España, Felipe VI, posee “la sangre más azul del mundo”, debido a que su ADN resulta una mezcla pura de aristócratas y representantes de la realeza.
Resulta que Doña Sofía nació siendo la hija primogénita del rey Pablo I de Grecia y la reina Federica de Hannover. También es hermana de Constantino II, el último rey de los helenos. Aunque eso no es todo, ya que en el árbol genealógico de la emérita también resaltan sus dos abuelos maternos: la reina Victoria Eugenia de Battenberg de Inglaterra y Alfonso XIII.
También la familia paterna de la reina Sofía se compone del cien por ciento de miembros de la realeza. Su abuelo paterno era el rey Jorge I de Grecia, por lo que “todos sus familiares fueron reyes de importantes y reconocidas dinastías en todo el mundo”, tal y como lo confirma el medio español Artículo 14.
“La familia de la reina Sofía está compuesta por miembros reales de importantes dinastías europeas. Su sangre entremezcla los nombres de diferentes casas reales. Se trata de la dinastía Hanover de Alemania, la dinastía de los Reyes de Grecia y la dinastía de los Reyes de España”, sentencia el medio citado, argumentando el por qué se le conoce a la madre de Felipe VI como la reina con más sangre azul.
¿De dónde proviene la expresión “de sangre azul”?
“Sangre azu”l es un término utilizado internacionalmente, sobre todo en Occidente, para designar a aquellas personas descendientes o pertenecientes a familias nobles, reales o aristocráticas.
El origen de este término se debe a la claridad propia del color de la piel de los privilegiados, que no realizaban trabajos físicos ni sufrían las inclemencias del tiempo, mientras que los campesinos y artesanos, con extensas jornadas de trabajo, tenían una piel más oscura.
Las venas vistas a través de una piel blanquecina tienen un aspecto azulado. De hecho, este estilo social que se amoldó en la clase aristocrática, siempre tuvo mucho cuidado en que las damas no se expusieran demasiado al sol. Cuanto más blanco y fino era el cutis, más atractivo resultaba para los caballeros que adivinaban las venas azuladas en los opulentos bustos femeninos, recordando el mármol más preciado y delicado.
El mismo origen parece tener el arquetipo del príncipe azul, muy presente en el imaginario popular que tanto aparece en los cuentos infantiles. Asimismo se le llamaba de sangre azul a las personas de la realeza cuyo tipo de sangre fuera O, debido a que puede donar a todos los demás tipos de sangre, pero solo puede recibir de su mismo tipo de sangre, lo que contribuía a la exclusividad de la realeza, dónde cualquiera podía recibir sangre real, pero no cualquiera podía dar a la realeza, debido al privilegio de ser el único tipo de sangre con todos los tipos de anticuerpos.