Un día como hoy, pero de hace 20 años, se llevó a cabo en la catedral de la Almudena una de las bodas más recordadas por el imaginario colectivo español: la del entonces príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, y la reconocida periodista Letizia Ortiz, un acto religioso que fue seguido de una ostentosa recepción celebrada en el Palacio Real de Madrid, donde se dieron cita los representantes más importantes de la realeza europea.
La entrada de los novios a la catedral fue sintonizada por más de 13 millones de espectadores, quienes por RTVE se dispusieron a seguir de manera remota el enlace.
“¿Eres feliz?”, fue una de las primeras frases pronunciadas por la novia que llamó la atención del público que observaba cada uno de los movimientos de la pareja. A tal cuestionamiento Felipe respondió: “Te quiero. Te quiero, guapa”, frases que pasaron a la historia junto con el emotivo discurso con el que los reyes se prometieron amor eterno frente al altar.
¿Cuál fue el discurso que pronunció Letizia Ortiz para dar el “sí” a Felipe de Borbón frente al altar?
Rompiendo con la clásica tradición de pronunciar el “sí quiero” para dar por sellada la promesa matrimonial, Doña Letizia optó por pronunciar un emotivo discurso de réplica a los votos que previamente le dedicó Felipe, enunciando entonces las siguientes palabras:
“Yo, Letizia, te recibo a ti, Felipe, como esposa, y me entrego a ti, y prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida”, dijo la ahora reina en punto de las 11:49 horas de la mañana.
En realidad, nunca hubo un “sí quiero”. Sin embargo, esto no fue un impedimento para que la boda siguiera su transcurso de ensueño.
Después del discurso que los ahora reyes se dirigieron mutuamente se llevó a cabo el intercambio de las alianzas y, aunque todo el público lo esperaba, no hubo beso al término de la ceremonia, un gesto que también llamó la atención y pasó a la historia como un hecho casi inédito entre el recuento de bodas de la realeza española.
Aunque tiempo después se reveló que esto pudo deberse a que durante esa importante jornada, Letizia tenía 38 grados de fiebre y había adelgazado tanto que el vestido le incomodaba, o al menos, eso es lo que argumenta la experta en realeza Pilar Eyre, quien enlistó toda una serie de razones que pudieron haber generado disgusto en la novia en uno de los días más importantes de su vida.