Tal y como el periodista y biógrafo real Omid Scobie vaticinó en su obra literaria estrenada a finales de 2023 “Endgame”, la reconciliación entre los príncipes William y Harry es prácticamente imposible, no solo debido a las revelaciones hechas por el menor de ellos en sus memorias “Spare”, sino también por el éxito que el duque de Sussex ha ido acumulando después de su separación del reino británico.
De acuerdo con las recientes declaraciones del periodista Rob Jobson, los papeles entre los hijos de Carlos III pudieran estarse invirtiendo, ya que ahora es el heredero a Corona quien estaría sintiendo “celos” de su hermano y no al revés, como siempre se ha especulado en la prensa.
Las razones del corresponsal, dadas ante ABC News tienen que ver con lo prolífico que ha resultado para Harry en los últimos años su proyecto de los Juegos Invictus, los cuales se celebran anualmente para darle a veteranos de guerra que tienen alguna discapacidad la oportunidad de demostrar sus habilidades deportivas, en más de tres disciplinas diferentes.
El príncipe William, ¿celoso del éxito que Harry ha logrado con los Juegos Invictus?
Ampliando el punto de la declaración de Jobson, cabe recalcar la siguiente cita:
“Creo que William se sorprendió del éxito que había tenido, de la cantidad de dinero que se estaba invirtiendo y de cuántos gobiernos se estaban involucrando”, dijo el periodista respecto al crecimiento y apoyo que ha acumulado la organización de los Juegos Invictus desde su fundación en 2014.
Igualmente, es preciso acotar que el desarrollo de tal argumento se suscita días después del revuelo mediático que provocó el príncipe Harry en su último viaje a Canadá para la celebración del evento ' One Year to Go’, el cual resultó la antesala los Juegos Invictus Vancouver Whistler 2025, aparición del duque de Sussex que dio mucho de qué hablar por la complicidad que mostró con su esposa, Meghan Markle.
Igualmente, la noticia de los supuestos celos de William abonan al hecho de que en días pasados el príncipe Harry volvió al Reino Unido para reunirse con su padre, el rey Carlos III, quien actualmente enfrenta un diagnóstico de cáncer y quien, según fuentes cercanas al reino, habría quedado “desconcertado” después de la visita del su hijo menor.
El disgusto y envidia entre los hermanos pudiera ser la razón por la cual el pelirrojo no permaneció ni 24 en Londres, volviendo rápidamente a Estados Unidos, donde vive actualmente una vida de autoexilio e independiente a todo lo relacionado con la línea sucesoria y al protagonismo de William, quien siempre se caracterizó por ser el favorito de la prensa.