Definitivamente, la jornada del pasado miércoles 17 de abril pasó a la historia, no solo por el importante reencuentro de los reyes Felipe VI y Letizia Ortiz de España con sus homólogos Guillermo Alejandro y Máxima Zorreguieta, sino también por el debút en eventos de gala de la princesa heredera Amalia de Orange, quien ha demostrado que cada vez se encuentra más preparada para el momento en el que tenga que llegar al trono de su nación.
Fue exactamente al final del primer día de la visita de Estado de los reyes de España a Holanda cuando se suscitó la esperada participación de la primogénita de los reyes neerlandeses, durante la cena de gala ofrecida en el Palacio de Ámsterdam, a la cual la heredera acudió con un deslumbrante look.
Al evento, Amalia acudió luciendo un glamuroso vestido azul adornado con una capa traslúcida, que a su vez estuvo complementada por la banda de blanca con dorado de la Orden de Isabel la Católica, la cual le fue otorgada a la princesa por el invitado de honor a la cena: el rey Felipe VI.
Sin embargo, el detalle que más llamó la atención del atuendo de la futura reina neerlandesa fue su tiara, la cual esconde una interesante historia, relacionada con los antepasados de la Casa Orange-Nassau.
La historia de la tiara de Pavo Real que lució Amalia de Holanda en su cena con los reyes de España
Los orígenes de la tiara con la que la princesa Amalia debutó en su primera cena de gala, se remontan a los tiempos de la reina Wilhelmina de los Países Bajos, hija de Guillermo III. La pieza había sido diseñada exclusivamente para ella por el grupo de artesanos Eduard Schürmann & Co. Con una serie de rubíes en el diseño ésta pasó a formar parte de la colección de la Familia Real de Holanda.
Además de rubíes, esta corona posee incrustados diamantes, con un trazo al estilo Art Nouveau, el cual ha cautivado a las más nuevas generaciones de los Orange-Nassau, quienes siempre recurren a ella para sus eventos más importantes.
La princesa Irene, nieta de la reina Wilhelmina fue la siguiente en utilizarla. Sin embargo, por mucho tiempo esta joya no pasó a manos de otras royals, debido a que se rumoreaba que su última propietaria la había perdido. Sin embargo, este rumor perdió vigencia en 2005, cuando después de que la pieza no fuera vista en 40 años, la reina Máxima reapareció con ella, luciéndose con el collar a juego.
A su vez, de Máxima pasó al joyero de Amalia, quien previamente ya había debutado utilizando la histórica tiara en la boda del príncipe Hussein en Jordania en 2023.