El pasado 4 de agosto el reino hachemita dio a conocer el nacimiento de la primera hija del príncipe Al-Hussein y de su esposa, Rajwa de Jordania. Razón por la cual la monarquía de aquel país se ha llenado de júbilo y alegría con la llegada de la nueva integrante a la Familia Real.
Incluso, en las instantáneas que fueron publicadas en la cuenta de Instagram de la reina Rania, podemos ver la felicidad y sonrisa que invadió tanto a ella como al rey Abdalá II. Sin embargo, pese a ser la primogénita de los príncipes herederos, ella no tendría derecho a acceder al trono.
¿Por qué la hija de los principes Hussein y Rajwa no puede acceder al trono?
El motivo por el que la pequeña Iman no tendría derecho a reinar es porque en el reino hachemita todavía sigue vigente la ley sálica, la cual dicta que solo los varones pueden acceder a la línea de sucesión de la corona.
Por su parte, esta antigua norma es un principio jurídico que históricamente ha excluido a las mujeres del trono o de la herencia de ciertos títulos nobiliarios. Se originó en la Europa medieval y se popularizó con los francos.
Y si bien ha sido abolida en muchos países, la ley sálica sigue estando vigente en algunas monarquías como la japonesa o el principado de Mónaco. Mientras que esta estricta legislación también ha generado una gran presión entre las esposas de los monarcas reinantes.
La gran presión de la ley sálica en las reinas consortes
Respecto a esta costumbre, vale la pena hablar de la exigencia y presión a la que se han visto las reinas consortes de los lugares donde todavía impera esta ley, como lo es el caso de la emperatriz Masako de Japón.
En el año 2004 la casa imperial japonesa confirmó que Masako sufría una depresión por estrés. Y si bien no se dieron más detalles de la enfermedad ni su causa de origen, la prensa nipona cree, desde entonces, que ello se debió a la gran presión que tenía para dar a luz a un varón ya que tres años antes de ello, en 2001, tuvo a una niña, la princesa Aiko.
Se cree también que el hecho de que fuera una mujer y no un barón habría detonado una mayor presión en ella y que, eventualmente, eso la llevaría a una depresión crónica.
Por ello es que teniendo en cuenta este antecedente, queda en el aire la posibilidad de que la princesa Rajwa llegara a sentir alguna presión similar a la de la emperatriz japonesa pus en Jordania la sucesión continuará con el príncipe Hussein y después de él seguirían los descendientes masculinos de la línea real como sus hermanos.