Todos los meses son una excelente oportunidad para recordar el legado dejado por Isabel II. Sin embargo, septiembre, al ser el mes de su partida, se vuelve un periodo aún más nostálgico para honrar la memoria de quien antes de ascender al trono fuera la dulce princesa Lilibet.
Siendo un ejemplo de excelencia, recato y caridad, la madre del rey Carlos III siempre luchó por sus ideales y por la defensa de los valores del reino británico, por lo que hoy los civiles la recuerdan con cariño y siguen mostrando curiosidad acerca de todos los detalles que esconde su reinado.
Para comprender la historia del ascenso al trono de Isabel, siempre tenemos que tomar en cuenta las condiciones extraordinarias en la que surgió su nombramiento, ya que con tan solo 25 años, tuvo que asumir todas las labores de mando, a pesar de haber nacido con el tercer puesto en la línea de sucesión.
La llegada de Isabel II al trono
Al momento de su nacimiento, Isabel II se colocaba en la línea de sucesión detrás de su padre y de Eduardo VII. Sin embargo, la abdicación de su tío Eduardo de Gales, la convirtió en la designada a ocupar el cargo en cuanto su padre, quien asumió el trono en lugar de su hermano, muriera.
Su progenitor, el rey Jorge VI, enfermó gravemente cuando Isabel era tan solo una joven, lo que fue augurando la temprana coronación de Su Alteza Real la princesa Isabel.
Fue en febrero de 1952, cuando durante una gira de trabajo, la deteriorada salud del rey Jorge VI no resistió más y falleció en Sagana Lodge, dejando a Isabel completamente al mando, quien tomó más tarde una de las decisiones más importantes de la Corona británica, la cual consistió en no adoptar el apellido de su esposo y más bien mantener el nombre de la casa de Windsor, el cual permanece actualmente cómo signo de la convicción y valentía que tuvo la joven reina desde el principio de su gobierno.
Sus aportes como monarca y cómo Isabel II llegó a ser la reina británica con más años en el trono
Durante su gestión, siendo jefe nominal de varios Estados independientes, Isabel vivió toda la evolución de la Mancomunidad de las Naciones, además de convertirse en participante en más de 21 mil compromisos oficiales, portando el título de majestad de Inglaterra, Nueva Zelanda y Australia.
Otros de los récords impuestos por Isabel II fueron la sanción de 4 mil piezas legislativas, la visita a más de cien países y la aportación a más de 500 organizaciones de carácter benéfico.
Durante su reinado, Isabel también se convirtió en el primer monarca en abordar una sesión en el Congreso de los Estados Unidos, vivió una pandemia y celebró 3 jubileos.
Durante el jubileo de Platino a la reina, se celebró su aniversario setenta en el trono y se destacó su firmeza para nunca tener la intención de abdicar. A dicha celebración ya asistieron los más populares miembros de la monarquía actual: William y Kate con toda su descendencia.