Como es sabido, desde que se hizo pública su relación con el príncipe Harry, Meghan Markle ha sido el centro de atención, por lo que tiene miles o millones de ojos puestos sobre ella en cada aparición que hace en público, ahora más que lleva poco más de un año como duquesa de Sussex y en recientes semanas se convirtió en madre. Y como es consciente de ello, una de sus tareas ha sido lucir siempre impecable, por lo general con looks de diseñador y joyas, con las cuales ha encontrado una manera de expresarse. Como por ejemplo,utilizar el mismo brazalete africano que Harry o hasta anunciar sutilmente su próxima maternidad portando un collar con la palabra ‘mamá’.
La colección crece
Su adquisición más reciente ha sido el ‘anillo de la eternidad’, el cual utilizó este mes en el desfile militar Trooping the Colour. Esta joya, sin duda, tiene un significado muy especial, primero porque fue un regalo de Harry por su primer año de casados, y después, porque se dice que la pieza de diamantes, con un costo de 4 mil 350 euros, fue creada por el joyero personal de la reina Isabel, Harry Collins. Este anillo es la última de una asombrosa colección que Meghan ha recibido en el último año, valorada en 600 mil libras (más de 700 mil dólares). Lo acumulado incluye el anillo de aguamarina de 75 mil euros que su difunta suegra, la princesa Diana, usó el día de su boda; unos aretes de Cartier de 60 mil euros y uno más de perlas y diamantes de 4 mil 275 que fueron un regalo de la reina Isabel.
“La familia real es uno de los mejores ejemplos de cómo las joyas de diamantes pueden resistir el paso del tiempo, se transmiten de generación en generación y sólo crecen en valor emocional e intrínseco a lo largo de los años”, aseguró Grant Mobley, reconocido joyero que valoró algunas reliquias de Lady Di, a The Mail on Sunday. Incluso, la duquesa Cambridge, esposa del príncipe William, no cuenta con un tesoro tan impresionante. Su colección es aproximadamente de 60 piezas, incluido el anillo de compromiso de zafiro que fue de la madre de su esposo, con un valor aproximado de 300 mil euros, así como el Suite saudí, el regalo de bodas que hiciera el príncipe Fahd, el cual contenía un reloj de zafiro, un par de aretes, pulsera, animo y collar.
El joyero de Meghan
Por su parte, Meghan ha recibido una buena cantidad de artículos que pertenecían a la princesa Diana, como los aretes de mariposa y el brazalete de oro que utilizó el primer día de la gira por Australia que realizó con Harry el año pasado, cuando anunciaron su embarazo. El joyero cree que este es el motivo principal por el que las alhajas de Meghan son un tema de conversación, pues además, “a menudo usa piezas que las personas promedio considerarían hasta cierto punto accesibles”; eso y el hecho de que suele sentir atracción por diseñadores menos conocidos, con los que comparte intereses éticos humanitarios. Una de sus favoritas es la diseñadora de joyería Pippa Small, quien se autodescribe como “activista de derechos humanos y embajadora de supervivencia”. El príncipe Carlos y Kate Middleton también son sus admiradores. Otras de sus favoritas es la australiana Natalie Marie, que gusta de utilizar mezclas de materiales reciclados y la marca canadiense Ecksand, que “respeta a la Madre Naturaleza”, ocupando oro reciclado y gemas libres de conflicto en sus creaciones.