La historia de Máxima Zorreguieta resulta fascinante para todos los seguidores de la realeza europea, ya que, se trata de una joven que, contra todo pronóstico, logró colarse entre las personalidades más influyentes del mundo gracias a su determinación por desposar al prospecto más millonario y poderoso que se le pusiera enfrente.
Recordemos que la ahora reina consorte de Holanda es originaria de argentina y economista de formación, por lo cual resulta una obviedad que por sus venas no corre sangre ‘sangre azul’, lo cual resultó el primer obstáculo en su relación con su ahora suegra, la reina Beatriz.
El origen plebeyo de Máxima y su pasado con numerosos novios millonarios, hizo que en primera instancia la madre del entonces príncipe heredero Guillermo Alejandro no viera con buenos ojos a quien en algún punto se convertiría en su relevo. Sin embargo, el carisma de la argentina logró cambiar esa percepción en poco tiempo.
El rechazo de la reina Beatriz de Holanda hacía Máxima Zorreguieta
Además de su origen civil y fama de caza fortunas, Máxima fue rechazada en primer momento al intentar fusionar su linaje con el de los Orange-Nassau debido a que su padre, Jorge Zorreguieta, fungió labores como funcionario durante la dictadura argentina de Videla.
La misma variable fue la que influyó en las lágrimas casi incontenibles de Máxima durante el día de su casamiento, ya que, por haber sido ministro de agricultura de 1979 a 1981, el padre de la novia no pudo estar presente en el emotivo acto nupcial celebrado el 2 de febrero de 2002, en la Beurs van Berlage.
Igualmente, la madre de Máxima, María del Carmen Cerruti, estuvo ausente en el gran día de su hija por tal razón, lo cual sin duda pudo haber provocado un gran resentimiento en el corazón de la ahora reina, aunque no queda señal de dicho sentimiento.
Cuando la reina Beatriz aceptó por fin a su nuera Máxima
Después de la amarga primera impresión que la emérita reina Beatriz tuvo de la sonriente argentina, su relación se pudo enmendar gracias a una cena organizada por el padre de Guillermo Alejandro, el príncipe Claus, quien tuvo la brillante idea de poner a convivir a su esposa y nuera de una forma relajada y sin protocolos estrictos.
En la velada de presentación de Máxima con sus suegros, la argentina logró sacar todo su carisma y agradar a quienes en un principio no la veían formar parte del reino Holandés, haciendo que tanto la reina Beatriz como su esposo, entonces monarcas, dieran la bendición a su relación con su primogénito y permitieran la boda con la condición de la ausencia ya mencionada.
Ahora, públicamente la reina Máxima de congratula de tener como ejemplo la figura de la reina Beatriz y sus logros como soberana, agradeciéndole cada que tiene la oportunidad, como en el discurso pronunciado ante el al medio holandés RTL News, donde dijo:
“Es un enorme honor suceder a mi suegra, tenemos un gran trabajo por delante, pero va a ser una tarea muy placentera”,dejando ver que ya no existe más esa tensión nuera-suegra que existía en un principio entre ellas.