En medio de uno de los peores años para los Windsor, la Casa Real Británica ha tomado una tajante decisión sobre dos de sus propiedades más emblemáticas: los palacios de Buckingham y Kensington. Un movimiento clave que, además ha causado una gran incertidumbre entre los seguidores de la realeza tras sucitarse un robo en otra de las residencias de la corona inglesa
Recordemos que hace unos días se dio a conocer que dos sujetos entraron a los terrenos del Castillo de Windsor y asaltaron una granja cercana. Si bien los hechos se dieron en octubre, ha sido hasta la semana pasada que ello salió a la luz.
Cierre temporal del Palacio de Kensington
Por su parte, el Palacio de Kensington se vio obligado a cerrar sus puertas el pasado domingo 24 de noviembre debido a los estragos de la tormenta Bert. Con lluvias torrenciales, fuertes vientos y nieve que azotaron gran parte del Reino Unido, este icónico palacio fue uno de los lugares afectados.
En tanto que este cierre temporal, que fue anunciado a través de X (antes conocido como Twitter), refleja el impacto que las inclemencias del tiempo tuvieron en las propiedades reales y, además, subraya la necesidad de proteger estos espacios históricos ante situaciones climáticas extremas.
El Palacio de Buckingham también cerrará sus puertas
Por otro lado, el Palacio de Buckingham también afrontará un cierre prolongado derivado de una ambiciosa reforma que durará hasta 2027. Según información de varios medios, después de la visita que realice el emir de Catar el próximo 4 de diciembre, el palacio se verá sometido a una renovación estructural y decorativa.
Así pues, estos trabajos de renovación incluyen algunas de sus salas más emblemáticas, como el Salón Blanco, el Salón de Música y el Comedor Estatal, ubicados en el ala del jardín. Mientras que en el tiempo que duren estas obras, las funciones oficiales y cenas de gala se trasladarán al Castillo de Windsor, en tanto que otras audiencias se celebrarán en el menos conocido Palacio de St. James.
Aunque estas decisiones no implican cambios en las residencias privadas de los royals, como Clarence House, donde continuarán viviendo los reyes Carlos III y Camilla, sí destacan la capacidad de adaptación de la institución a retos operativos y climáticos. Además, reflejan un esfuerzo por preservar el patrimonio histórico de la monarquía.
Con estos movimientos, además, queda claro que la Casa Real británica no solo prioriza la funcionalidad de sus espacios, sino también su legado a futuro, asegurando que estos palacios continúen siendo símbolos vivos de la historia del Reino Unido.
