Los últimos meses parecen haber sido muy prósperos para la carrera profesional de la duquesa de Sussex, Meghan Markle, tomando en cuenta que cada vez se encuentra más cerca el lanzamiento de su nueva marca de estilo de “American Riviera Orchard” y sus cada vez más recurrentes apariciones públicas.
Sin embargo, algunas adversidades se siguen cruzando por la mente de la exiliada royal, de acuerdo con las aseveraciones hechas por el experto en asuntos de la realeza Tom Quinn, quien ha publicado en el diario británico The Mirror un artículo que señala uno de los mayores miedos de la esposa del príncipe Harry.
De acuerdo con Quinn, la duquesa estaría aterrada de que sus hijos, los príncipes Archie y Lilibet, crezcan resentidos con ella, debido a que actualmente se encuentran creciendo en Estados Unidos, lejos de su familia paterna.
Los miedos de Meghan Markle respecto a sus hijos
Tom Quinn también asegura que Meghan Markle enfrenta actualmente un miedo latente a repetir los patrones disfuncionales de los Windsor con sus hijos, temiendo que sus hijos crezcan en un ambiente familiar lleno de resentimientos.
Tal temor estaría infundado por el alejamiento de los Sussex del reino británico, ya que según el experto, la ex actriz lamenta el hecho de que sus hijos estén siendo criados en solitario, alejados de sus primos los príncipes George, Charlotte y Louis, hijos del príncipe William y Kate Middleton.
Además, según el informe del experto, Meghan teme que sus hijos puedan sentirse “privados” de la oportunidad de trabajar como miembros de la realeza en el Reino Unido, a pesar de que ambos conservan su título de príncipes.
Meghan Markle ‘teme’ repetir la historia
El mismo corresponsal real también señala que la duquesa de Sussex aún está lidiando con las secuelas que le dejó el trato que recibió durante el tiempo que permaneció adscrita a la Familia Real británica, ya que esta experiencia resultó muy desafiante para ella, por lo que teme que sus hijos enfrenten un contexto similar, en caso de que en algún momento busquen un acercamiento con sus parientes paternos.
Para contrarrestar estos posibles efectos negativos de este contexto, Quinn afirma que tanto Meghan como el príncipe Harry están comprometidos a mantener una comunicación abierta y sincera con sus hijos, de 4 y 2 años, respectivamente.
“Quieren que Archie y Lilibet comprendan la verdad sobre su historia familiar y las decisiones que han tomado como padres. Al cultivar un ambiente de confianza y transparencia, esperan construir una base sólida para la relación con sus hijos y fomentar un sentido de comprensión y apoyo mutuo en el futuro”, concluye el experto.