Si bien no hay una regla real escrita que prohíba a los miembros de la realeza beber alcohol en eventos oficiales y en público, es raro ver a Kate Middleton o Meghan Markle con una copa en la mano. ¿Por qué? La respuesta es más sencilla de lo que parece.
Según explicó el experto en realeza Richard Fitzwilliams al Daily Mail, la duquesa de Cambridge y la duquesa de Sussex prefieren mantenerse sobrias en eventos públicos por una cuestión de imagen y protocolo. “Simplemente no beben en exceso, para asegurarse de que no haya nada de qué avergonzarse”, afirmó Fitzwilliams en declaraciones al medio británico. Sin embargo, siempre hay una excepción a la regla, como pudimos apreciar en los últimos Juegos Invictus, en los que Meghan Markle disfruto de una cerveza junto con el príncipe Harry.
Por otro lado, no significa que no disfruten de una copa en privado. De hecho, se sabe que Kate Middleton es fan del vino tinto y que Meghan Markle ha hablado en varias ocasiones sobre su amor por el tinto italiano Tignanello. Sin embargo, cuando se trata de eventos oficiales, las reglas implícitas de la monarquía británica sugieren que es mejor mantener un comportamiento impecable.
La discreción es clave en la realeza, y un simple brindis podría convertirse en un titular negativo si se malinterpreta. Además, beber demasiado podría hacer que la imagen de los miembros de la familia real se vea afectada, algo que, sin duda, prefieren evitar.
La postura de la reina Isabel II respecto a beber en público
Según Daily Mail, incluso la reina Isabel II tenía sus propias normas sobre el protocolo real. En una conversación con Michelle Obama, la difunta monarca habría dicho que “el protocolo real es una tontería”, lo que sugiere que algunas reglas son flexibles y dependen del contexto. Sin embargo, la sobriedad en eventos públicos sigue siendo una norma tácita que Kate Middleton y Meghan Markle parecen seguir al pie de la letra.
Así que, la próxima vez que veas a una duquesa levantar una copa en un evento, no te sorprendas si solo da un pequeño sorbo. No es una prohibición, sino una estrategia para mantener la elegancia y el control en todo momento. ¡Todo un arte de la realeza!