La tarde del domingo 11 de febrero se llevó a cabo en las inmediaciones del Allegiant Stadium de Las Vegas la entrega número 58 del Super Bowl, disputándose el encuentro entre San Francisco 49ers y Kansas City Chiefs; y como era de esperarse, decenas de celebridades se dieron cita en la sede del encuentro, robando la atención de las cámaras.
Beyoncé, Justin Bieber y Paul McCartney fueron algunas de las luminarias que se dieron cita en el relevante evento deportivo. Sin embargo, a pesar de lo imponente de la presencia de estas figuras, llamó la atención la ausencia del príncipe Harry, quien demuestra su afición por el deporte cada que tiene oportunidad.
Además, la llamativa ausencia cobró relevancia, debido a que el duque de Sussex había presenciado los honores de la NFL unos cuantos días antes de la final, por lo que la expectativa de su presencia en la tribuna del domingo era un pronóstico casi seguro.
El duque de Sussex, el gran ausente del Super Bowl LVIII
El jueves 8 de febrero el hijo menor de Carlos III hizo una aparición sorpresa en los Honores de la NFL en Las Vegas, compromiso por el cual se especula abandonó rápidamente el Reino Unido, después de la fugaz visita que hizo a su padre tras darse a conocer su diagnóstico de cáncer.
En dicho evento, el pelirrojo de 39 años de edad subió al escenario para otorgar el honor Walter Payton al Hombre del Año de la NFL al tackle defensivo de los Pittsburgh Steelers, Cameron Heyward.
Mientras Harry otorgaba el galardón a Payton, pronunció las siguientes emotivas palabras: “Ustedes son modelos a seguir para millones en la forma en que se comportan y en la forma en que retribuyen. Este premio final, el honor más alto, tiene que ver con servir a su comunidad. Y hay un hombre especial al que nos gustaría rendir homenaje ahora. Un jugador que va más allá y cuyo extraordinario compromiso para ayudar a los demás es un reflejo de su propia historia”.
Tal agradecimiento a la liga no bastó para contar con la asistencia del duque a la final del domingo, ya que, según menciona la revista People, desde un principio ni Meghan Markle ni el príncipe Harry tenían planeado asistir al Super Bowl, ya que los exiliados royals se encuentran preparándose para su viaje a Canadá, el cual tendrá lugar del 14 al 16 de febrero para las celebraciones de un año más de los Juegos Invictus, los cuales tendrán sede en Vancouver en 2025.
