La Familia Real británica guarda con extremo recelo todos los detalles relacionados con el embarazo de alguna de sus miembros, como parte de su protocolo. Se sabe que toda información relacionada con el nacimiento de los herederos y futuras generaciones debe de manejarse con total cautela, una regla que pareció no importarle a Meghan Markle.
Asimismo, se sabe que la imagen de las princesas embarazas debe ser lo más impecable y discreta posible, otro asunto que la esposa del príncipe Harry realmente pasó por alto durante su primer embarazo, cuando se encontraba en espera del nacimiento de su primogénito, el príncipe Archie, en 2019.
Además, se sabe que tanto el sexo del bebé, así como cualquier otro detalle de su nacimiento debe ser compartido únicamente con el monarca en turno. En el caso de Meghan, solo la reina Isabel podía estar informada sobre los pormenores de la gestación de Archie.
Aunado a esos factores, las royals tienen estrictamente prohibido realizar “baby showers”, ya que no es necesario, principalmente por dos razones: los miembros de la realeza siempre tienen solvencia para cubrir los gastos del bebé y también por que nadie puede conocer el sexo del futuro bebé real antes de su nacimiento. Sin embargo, la duquesa de Sussex quebró completamente este mandato.
¿Cómo fue el lujoso baby shower de Meghan Markle?
Según reportó la revista People, en febrero de 2019, la protagonista de Suits gozó de una glamurosa fiesta por su embarazo, en una suite del hotel The Mark, en Nueva York. Entre los lujos que se pudieron vislumbrar en la celebración se encontraba una máquina de algodón de azúcar y los servicios del reconocido chef Jean-Georges Vongerichten.
En el evento, organizado por los amigos de Meghan, estuvieron presentes celebridades como Amal Clooney, Gayle King, el maquillador de la boda de Meghan Daniel Martin, la ex coprotagonista de Suits Abigail Spencer, la estilista de Toronto Jessica Mulroney y la diseñadora Misha Nonoo, de acuerdo al medio citado.
“Todos se lo pasaron muy bien”, declaró Gayle King durante el programa This Morning de CBS. “Espero que no le importe que comparta esto porque nunca había visto algo así en un baby shower. Hicieron decoraciones florales. Hicieron arreglos florales, trajeron a alguien para que explicara cómo arreglar las flores”, agregó.
Debido a que los baby shower rompen estrictamente con el protocolo real y a que los baby shower son una costumbre norteamericana, ni Kate Middleton ni ningún otro miembro de la realeza acudió al evento. Sin embargo éste quedó guardado en la memoria colectiva como una de las más grandes disrupciones cometidas por Meghan cuando aún era una representante activa de la Casa Real.