Bien es sabido que soy su origen plebeyo, la historia de Letizia Ortiz transcurre en un plano a parte del de los demás miembros de la Familia Real Española, no solo por la carga ideológica que supone para ella haber crecido alejada de la monarquía, sino también por diferentes variables que ni aún siendo parte de la realeza la ex periodista ha aceptado cambiar.
Ejemplos del reniego de Letizia por acotarse a las imposiciones de la Casa Real son muchos, solo basta con echar una mirada al comportamiento de la reina en actos religiosos o bien a su negativa a seguir con la tradición de asistir a esquiar junto con su marido.
Sin embargo, entre todas esas costumbres rotas por la nuera del rey Juan Carlos I destaca una en particular, la cual tiene que ver directamente con su identidad.
Letizia Ortiz se negó a cambiar su DNI al casarse con Felipe de Borbón
La historia de la imposición rota por Letizia Ortiz encuentra sus orígenes en el franquismo, cuando emergió el requisito para los españoles de contar con un Documento Nacional de Identidad (DNI) por un decreto hecho por el dictador Francisco Franco en 1951.
En ese entonces, contar con ese registro no era necesario, sino que comenzó a ser después de que Franco se adjudicó a sí mismo el número 1, mientras que a su mujer, Carmen Polo, le otorgó el 2 y a su hija Carmen Franco el 3 y así sucesivamente hasta llegar al 10. Posterior a ese número, el propio dictador tomó la decisión de reservar los números del 10 al 99 para la familia Borbón.
De esta manera, el Rey Juan Carlos se quedó con el número 10 de DNI, la reina Sofía el 11, y así consecutivamente.
La infanta Elena tiene 12, la infanta Cristina se quedó con el 14 y Felipe de Borbón con el 15.
El número 13 se eliminó de la lista por un motivo estrictamente supersticioso y nadie lo ha llevado hasta ahora.
A la princesa Leonor, primogénita de Don Felipe nacida en 2005, se le adjudicó el número 16 y a la infanta Sofía el 17.
Mientras que Ortiz Rocasolano optó por conservar el número aleatorio que se les otorga a todos los españoles de a pie al nacer; y, aunque al convertirse en princesa de Asturias tuvo la oportunidad de cambiarlo, la rebelde Letizia decidió permanecer ligada a sus orígenes plebeyos para siempre, conservando su DNI original.