La boda real entre Diana de Gales, mejor conocida como Lady Di y el entonces príncipe Carlos fue un evento celebrado el 29 de julio de 1981 en la Catedral de San Pablo, en Londres. A 43 años del legendario suceso, aún quedan vestigios de las herencias dejadas por esta importante pareja royal.
La ceremonia, descrita por muchos como “un evento de cuento de hadas”, siguió el rito tradicional anglicano. El deán Alan Webster fue el encargado de presidir el servicio religioso, mientras que el arzobispo de Canterbury, Robert Runcie, fue quien ofició la boda.
Sin embargo, pese a ser una boda que trató de apegarse lo más posible a las tradiciones nupciales, el tradicional beso que las parejas suelen darse tras pronunciar el “sí quiero” frente al altar fue omitido; un error que más tarde fue corregido y que dio origen a una nueva costumbre, que hasta la fecha se sigue por las nuevas generaciones de matrimonios royal.
El príncipe Carlos III olvidó besar a Diana tras dar el “sí quiero”
Tal y cómo los millones de espectadores del enlace pudieron notarlo, el novio no se dispuso a besar a Diana después de decir el típico ‘sí, quiero’ en la catedral de San Pablo. El casi garrafal error fue compensado más tarde por la pareja, por medio del icónico beso que se dieron en el balcón de Buckingham.
Así fue como el primer beso de Lady Di y Carlos como esposos marcó un hito en materia de bodas reales y cómo se dio inicio a una nueva tradición, la cual fue seguida inmediatamente por Sarah Ferguson y el príncipe Andrés, quienes se besaron en el balcón cinco años después. Kate Middleton y el príncipe William es otra de las parejas que ha dado al mundo icónicas imágenes fundiéndose en un beso tras su enlace nupcial.
Otros contratiempos de la boda de Carlos III con Lady Di
Además del terrible olvido que cometió el entonces príncipe heredero frente al altar, otros incidentes curiosos marcaron la boda de Diana de Gales, los cuales siguen dando de qué hablar, a pesar de ya haber pasado más de 40 años del icónico evento.
Por ejemplo, varios autores reales han recalcado en sus publicaciones el curioso diálogo en el que Diana invirtió el nombre de Carlos al momento de pronunciar sus votos matrimoniales. También se ha destacado el accidente previo a la boda, en el cual la princesa sufrió el derrame de perfume sobre su vestido de novia antes de caminar hacia el altar.