Como toda madre, Kate Middleton tampoco está exenta de los retos que conlleva educar a los hijos, sin embargo, su paciencia y cariño al momento de corregir ciertas actitudes, como los berrinches del príncipe Louis, nos demuestran que la crianza respetuosa es el mejor método para formar a los pequeños.
En varias ocasiones, la princesa de Gales ha hecho uso de varias técnicas para contener las actitudes de su hijo más pequeño en público, así como sus gestos, muecas y hasta rabietas, como la que hizo el año pasado en los festejos del Jubileo de Platino de Isabel II.
Por si no lo recuerdas, en ese momento la familia real estaba en el balcón viendo el desfile aéreo en honor a la reina, cuando el pequeño Louis se tapó las orejas por el ruido generado de las aeronaves, aunado a gestos de incomodidad en ese momento. Afortunadamente, Kate se dio cuenta de la situación y se acercó de manera cariñosa para calmar a su hijo.
También, dentro de las mismas celebraciones por los 70 años del reinado de Isabel, el príncipe de 4 años (en aquel momento) le hizo señas y gestos a Kate como sacar la lengua y taparle la boca, además de un berrinche. Pero su madre se portó a la altura y recurrió a calmarlo y entretenerlo con toda la paciencia y amor del mundo.
Cómo aplicar la crianza respetuosa al igual que Kate en el príncipe Louis
Pero en caso de que todavía desconozcas este método de crianza, te contamos más sobre él y cómo puedes aplicarlo en caso de que tengas hijos pequeños.
Una de las claves para ello es mantener la calma, ya que como padres, podemos llegar a desesperarnos, por lo que será crucial respirar y pensar lo qué vamos a decir antes de hablar con nuestros hijos.
Otro punto clave para contener el berrinche de tu pequeño es darle a elegir, por ejemplo, si se enoja porque no se le permite tomar el celular, le puedes ofrecer jugar futbol o baloncesto. Así aprenderá que, aunque no siempre se puede obtener todo lo que uno quiere, existen más opciones para divertirse.
Pero en caso de que tu hijo no se controle, lo mejor será ignorar su rabieta (claro, a sabiendas de que no corre peligro por ello). Deja que se le pase el berrinche, tal y como lo hizo Kate con Louis, pues ella por momentos lo ignoró, y dejó que el pequeño se calmara hasta que, por fin, se le pasó el mal rato y él mismo acudió a los brazos de su madre.