El 29 de abril de 2011, millones de personas en todo el mundo quedaron cautivadas por la boda real entre el príncipe William y Kate Middleton, y uno de los detalles que más fascinó fue la deslumbrante tiara que coronaba el peinado de la entonces futura reina: la tiara Halo de Cartier.
Esta pieza, prestada por la reina Isabel II, es una verdadera joya histórica. Según informó Vanity Fair, la tiara está compuesta por 739 diamantes de talla brillante y 149 diamantes baguette, su diseño delicado y cómodo es una muestra del trabajo artesanal de la legendaria casa Cartier. Pero su belleza va más allá de lo visual: guarda una historia íntimamente ligada a la monarquía británica.
La sorprendente historia de la tiara Halo de Cartier que usó Kate Middleton en su boda con el príncipe William
La tiara fue adquirida por el entonces duque de York, futuro rey Jorge VI y padre de Isabel II, en noviembre de 1936. Fue un regalo para su esposa, Isabel, duquesa de York, quien poco después se convertiría en reina consorte. Apenas unas semanas antes de que su cuñado, el rey Eduardo VIII, abdicara del trono, la duquesa lució por primera vez la tiara en un baile benéfico en el Claridge’s de Londres.
Años más tarde, en su cumpleaños 18, la reina Isabel II recibió la tiara como obsequio. La joya continuó su recorrido real adornando las cabezas de la princesa Margarita y la princesa Ana en distintas ocasiones.
El día de su boda, Kate Middleton se convirtió en la más reciente portadora de esta pieza histórica, reafirmando así su conexión con la realeza y dando nueva vida a la tiara Halo en el siglo XXI. Sin duda, la historia de la tiara Halo de Cartier es un reflejo de la elegancia, el simbolismo y la tradición que envuelven a la joyería real.