Fueron varias las monjas que se convirtieron en amantes del rey Juan V; sin embargo, solo una de ellas logró convertirse en su favorita, y hasta un hijo tuvieron. Conoce la apasionante historia.
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Juan V de Portugal
Para afianzar su derecho al trono de Portugal, el rey Juan V recurrió a un matrimonio arreglado con María Ana de Austria, hija del Emperador Leopoldo I de Habsburgo y Leonor Magdalena de Palatinado-Neoburgo. Juntos tuvieron 6 hijos, de los cuales dos murieron durante la infancia.
Sin embargo, su matrimonio no le impidió buscar nuevas aventuras, y decidió salir en busca de nuevos romances con las monjas del convento de Odiveles, en la ciudad de Lisboa.
La monja favorita de Juan V de Portugal
El monarca tuvo romances con varias monjas del convento; sin embargo, una de ellas se convirtió en su favorita, la Madre Paula de Odivelas, con quien tuvo un hijo.
Cuando Juan V conoció a la Madre Paula, ella ya se encontraba en una relación sentimental con el Conde de Valenciana. El rey, enamorado de la monja, le ofreció un trato al Conde para se alejara de ella.
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Tras conseguir el afecto de la monja, el rey mandó a construir una lujosa mansión donde vivirían a plenitud su escandaloso romance. Se dice que la madre Paula servía delicioso postres para recibir a su amante, de quien además estaba perdidamente enamorada.
Juan V llenaría de lujos y riqueza a la madre Paula, quien se convirtió en una mujer muy rica al recibir millonarias pensiones y diversos privilegios, aún después de la muerte del rey.
En 1720 nació su hijo, al que llamaron José de Braganza, quien se convertiría en inquisidor general de Portugal.
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Los otros hijos de Juan V
Antes de conocer a la madre Paula, el rey ya había mantenido romances fugases con otras monjas del convento, los encuentros con ellas eran tan continuos que, además del hijo que tuvo con la madre paula, tuvo otros dos con otras monjas.
Lejos de abandonarlos a su suerte, el rey ordenó que fueran educados en el Monasterio de Santa Cruz, en Coimbra.
