Algunas de las piezas más valiosas de la joyería de la familia real británica, pertenecieron a la reina Victoria; sin embargo muy pocos saben que algunas fueron creadas por el príncipe Alberto. Estas son las joyas de la reina Victoria, diseñadas por su esposo.
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Joyas de la reina Victoria que fueron diseñadas por el príncipe Alberto
Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha fue un apasionado del arte, y era un hombre muy talentoso y creativo en esta área, así que combinó su amor por esta disciplina y su devoción por su esposa. El resultado fueron una gran variedad de impresionantes piezas de joyería para la monarca que marcó la era Victoriana.
En uno de sus diarios de 1843, la reina Victoria escribía sobre los diseños que su esposo le traba, y lo mucho que le gustaba que se involucrara en su guardarropa:
“Hemos estado muy ocupados buscando varias piezas antiguas de mi joyería, y decidimos ajustarlas para añadirlas a mis bellos conjuntos. Alberto tiene un gusto exquisito y organiza todas mis joyas”.
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Anillo de compromiso
Todo comenzó con el atípico anillo de compromiso que Alberto diseñó para pedirle matrimonio a Victoria. Se trata de una anillo de compromiso de oro de 18 quilates en forma de serpiente, incrustado con esmeraldas, diamantes y rubíes.
La pieza era muy exótica y fuera de de lo común para la época, pero muy acorde para la era Victoriana.
Broches de turquesa en forma de águila
Fueron los broches utilizados por las 12 damas de honor de la reina Victoria, y fueron diseñados por el príncipe Alberto para el día más feliz de su vida.
Según la descripción que aparece en la página web de la Royal Collection Trust, “Las piedras utilizadas poseían un gran simbolismo: las turquesas y las perlas representaban el amor verdadero; los rubíes la pasión; y los diamantes la eternidad”.
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Zafiro engarzado en oro
Este hermoso prendedor de zafiro, fue un obsequio que el príncipe Alberto le dio a la reina Victoria, un día antes de su boda. Una pieza de joyería que llevó prendado de su vestido el día de su boda.
“Dado por el príncipe Alberto a la Reina el día antes de su boda, y llevado el propio día de la boda, el broche sigue siendo una de las joyas favoritas de la familia real”, describe en este caso la Royal Collection Trust.
Tiara de esmeraldas
Fue terminada en 1945, y la exquisita pieza está compuesta de varios diamantes y 19 esmeraldas en forma de pera invertida, algunas son de hasta 15 quilates. A juego tiene un collar y un broche de esmeralda de 20 quilates, además de unos pendientes.
El príncipe Alberto fue el encargado del diseño; sin embargo, fue Joseph Kitching, el joyero de la casa real, quien fabricó las espléndidas joyas.
Victoria, claramente feliz con el obsequio, escribió en su diario sobre el “maravilloso gusto” de su marido y su alegría al llevar la “preciosa diadema de diamantes y esmeraldas diseñadas por mi querido Alberto”.
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Corona de los zafiros
Fue creada en 1842 para la reina Victoria y diseñada por el príncipe Alberto.
Tiara de las Hojas de Fresa
Una joya que posteriormente heredaría la reina española Victoria Eugenia de Battenberg y con la que Joaquín Sorolla retrató a su madre, la princesa Beatriz, pero cuyo paradero hoy tampoco se conoce.
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Tiara Oriental
Inspirada en la arquitectura mogola y en las joyas indias que el príncipe Alberto tuvo la oportunidad de contemplar durante la Gran Exposición de 1851, el evento cultural más importante de la época victoriana.
Joyería hecha de dientes
El príncipe Alberto utilizó los dientes de leche de sus hijos para elaborar aretes montados en oro y en forma de flor. También confeccionaron varias piezas de joyería con los dientes de ciervo de la primera cacería de Albert o piedras recogidas de la orilla del mar en Osborne.
Para su cumpleaños de 1851, la Reina Victoria recibió un prendedor con un diente del venado que había cazado el Príncipe Alberto meses antes.
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