¿Te imaginas a Japón con una emperatriz en el trono del Crisantemo? Aunque suena revolucionario, esta posibilidad podría estar más cerca de lo que pensamos. El debate sobre el papel de las mujeres en la familia imperial japonesa ha resurgido, especialmente después de que el Comité de la ONU para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW) recomendara en octubre de 2024 que Japón revisara sus normas de sucesión, las cuales actualmente prohíben a las mujeres acceder al trono y les quitan su estatus imperial al casarse con un plebeyo.
Con el nacimiento de la princesa Aiko en 2001, hija del actual emperador Naruhito y la emperatriz Masako, al no haber un heredero varón, las presiones sobre Masako fueron enormes, afectando su salud y llevándola a una larga lucha contra la depresión. La línea de sucesión quedó asegurada con el hermano menor de Naruhito, Fumihito, quien, después de tener dos hijas, tuvo al tan esperado hijo, el príncipe Hisahito en 2006.
La ley de la Casa Imperial indica que solo los descendientes varones de la línea masculina de la familia imperial pueden convertirse en emperadores en Japón. Sin embargo, según DW, las encuestas realizadas en los últimos años han indicado que más del 70% del público está a favor de cambios legales que permitan el ascenso de una emperatriz.
La recomendación de la ONU reavivó la conversación en Japón. Aunque varios comités de igualdad de género y un amplio sector de la población apoyan la reforma, también hay una fuerte oposición de sectores conservadores y figuras influyentes. Fukushiro Nukaga, presidente de la Cámara Baja del Parlamento, adelantó que “el asunto se cerrará rápidamente”, posiblemente en junio de 2025.
Si Japón acepta una emperatriz, sería un cambio histórico para una nación profundamente arraigada en sus tradiciones. Pero, si se mantiene el sistema actual, continuará el debate sobre el rol de las mujeres en una de las monarquías más antiguas del mundo.
¿Quién es Hisahito, el heredero al trono de Japón?
Hisahito de Akishino es el único hijo varón del príncipe heredero Fumihito y la princesa Kiko, y es el segundo en la línea de sucesión al trono del Crisantemo, después de su padre. Nació el 6 de septiembre de 2006, convirtiéndose en el primer varón nacido en la familia imperial japonesa en más de 40 años, lo que alivió las preocupaciones sobre la línea de sucesión, ya que antes de su nacimiento no había herederos masculinos jóvenes.