El todavía príncipe de Holanda y su esposa, Máxima, hablaron un poco de cómo será su reinado
El futuro rey de Holanda, Guillermo-Alejandro, se presentó en una entrevista televisiva como un soberano humano, cercano al pueblo y abierto a cambios, mientras que su esposa, Máxima Zorreguieta, aclaró que su papel no es constitucional, a pesar de recibir el título de reina.
“La única constante de la monarquía es que cambia”, dijo un relajado Guillermo-Alejandro.
Aunque abogó por dotar de contenido a esa institución, se mostró dispuesto a “respetar” cualquier decisión del Parlamento siempre y cuando ello se haga de “una forma democrática”, incluso si se acuerda que la monarquía debe de ser puramente simbólica.
Especificó que el monarca “sigue teniendo un papel” a la hora de nombrar a los ministros, pero “el Parlamento es el máximo órgano en Holanda”.
El próximo rey de Holanda reconoció que cometió un “fallo” al seguir adelante con la construcción de una villa de vacaciones en Mozambique en un momento de crisis económica del país.
“Seguiré cometiendo fallos, pero hay que aprender de ellos”, manifestó el futuro monarca.
La pareja, que se mostró en todo momento muy relajada y con sentido del humor, quiso aclarar que el reinado no es un trabajo para hacer a dúo.
“Solamente hay un jefe de Estado en Holanda, ahora es mi madre y tras el 30 de abril yo”, puntualizó Guillermo-Alejandro, mientras que Máxima aclaró que su papel es “apoyarlo, puedo representarlo (...), pero no sustituirlo”.
Sobre la ausencia del padre de Máxima, Jorge Zorreguieta, el día de la entronización, Máxima aclaró que fue una decisión que tomó “de manera conjunta” con su familia.
“En 2002 se cerraron acuerdos y este es un evento constitucional donde mi marido se convertirá en rey y mi padre no tiene que estar”, puntualizó con seguridad Máxima, haciendo referencia a la decisión del Gobierno del laborista Wim Kok de que la familia Zorreguieta solamente estaría presente en celebraciones privadas y no en actos de Estado.
Ese acuerdo se alcanzó a causa de las críticas que levantó en su día el pasado del progenitor de Máxima Zorreguieta, que fue secretario de Estado durante la dictadura de Videla en Argentina.
La futura reina de Holanda aclaró además que “emocionalmente” un matrimonio “es muy distinto” de una entronización, y así quitó relevancia al hecho de que sus padres tengan que vivir desde la distancia un acto tan relevante.
Sobre el hermano de Guillermo-Alejandro, Friso, que se encuentra en coma en un hospital londinense desde que sufrió un accidente en la nieve en febrero de 2012, el futuro rey de Holanda confirmó que “lamentablemente” el estado de salud del segundo hijo de la reina Beatriz no ha mejorado.
“Un accidente como ese es trágico para cualquier familia (...) pero ya hace un año de eso y Mabel (su esposa) y mi madre hacen lo máximo que pueden por él, por lo que tienen mi respeto y mi agradecimiento”, expresó el futuro monarca.
La pareja también habló de sus tres hijas y tanto Máxima como su esposo coincidieron en que su primogénita, Amalia, “sabe muy bien” lo que significa la entronización se su padre.
“Me ha preguntado cuánto tiempo iba a estar en el puesto”, bromeó Guillermo-Alejandro, que remarcó que eligió mantener su nombre y no convertirse en Guillermo IV porque “sería raro” de repente llamarse de otro modo.
Guillermo-Alejandro también se mostró cercano a la gente en lo que respecta al protocolo: “no soy un fetichista del protocolo. La gente puede dirigirse a mí con el tratamiento con el que se sientan más cómodos”, dijo.
En esta línea también Máxima puntualizó que “no importa el título, princesa o reina, lo importante es lo que representamos y a mi todo el mundo me llama Máxima”.
La entrevista con la pareja real tampoco pasó de largo el tema de los gastos de la monarquía en momentos de crisis, un asunto en que Guillermo-Alejandro aseguró que seguirán lo que se decida en el Parlamento.
“Digo a la gente que comprendo su situación (...), pero es muy complicado saber lo que cuesta una monarquía (...)”, dijo el futuro rey, quien reconoció que “tenemos un salario fantástico por el que estoy agradecido y daremos lo máximo en contraprestación”.