La duquesa de Sussex ya ha demostrado en varias ocasiones que cualquier prenda medianamente asequible que luce en sus apariciones públicas agota sus existencias en cuestión de horas, pero aparentemente ese racha se aplica también a cualquier artículo -o ser vivo- que aparezca con ella en una foto. Este miércoles, la esposa del príncipe Harry visitó una de las nuevas organizaciones de las que acaba de convertirse en embajadora, el centro de animales Mayhew del norte de Londres, y tuvo la oportunidad de conocer a algunos de los perros y gatos que han encontrado nuevas familias gracias a los esfuerzos de sus empleados y a otros que aún están esperando un hogar permanente. En concreto, una pequeña Jack Russell llamada Minnie consiguió llamar su atención y el can se ganó incluso varios cariños reales mientras Meghan comentaba en voz alta que le encantaría llevársela a casa consigo, pero que tenía demasiado entre manos con la llegada de su primer retoño en algún momento de la próxima primavera.
Sin embargo, y según ha podido saber la revista ¡HOLA!, gracias a la exposición mediática que recibió Minnie durante los minutos que la duquesa la sostuvo en brazos, el refugio ha recibido un montón de mensajes de personas interesadas en adoptarla y ya han elegido a los nuevos dueños de la perrita, que en las próximas semanas todavía tendrán que superar una entrevista para que sus cuidadores se aseguren de que serán capaces de atenderla como se merece.
Sin duda, la antigua actriz se alegrará mucho en cuanto la noticia llegue a sus oídos, ya que siempre ha sido una amante de los animales y antes de su enlace con el nieto de Isabel II compartía su hogar con sus perros rescatados, Guy y Bogart, aunque tristemente el último de los dos no pudo acompañarla en su mudanza a Inglaterra debido a que su avanzada dad desaconsejaba que realizara un viaje tan largo o que se enfrentara a un cambio tan importante de ambiente.