Tal parece ser que el aumento de 2.3 millones de euros destinado al parlamento danés no es una cifra suficiente para el rey Federico X de Dinamarca, ya que el monarca ha demostrado por medio de su imagen que se encuentra esmerado a capa y espada a defender la austeridad del reino que le acaba de ser heredado y de eso se han dado cuenta ya todos los seguidores de la Casa Real.
De hecho, la opinión de los súbditos daneses no ha quedado en el ámbito individual, sino que ha trascendido a nivel público y colectivo, ya que todos se han esmerado en evidenciar la falta de estilo de su monarca, incluso de manera burlona.
Basta con echar un vistazo a las redes sociales para darse cuenta de cómo los daneses y extranjeros se mofan de la desfachatez del esposo de Mary de Dinamarca, la cual es injustificable. “¿acaso al rey no le alcanza el dinero para comprar prendas de su talla?” , se pregunta a gritos la prensa y población europea.
¿Por qué los daneses aseguran que Federico X no usa ropa de su talla?
Definitivamente las chaquetas desabrochadas que últimamente utiliza el primogénito de la reina Margarita II no han pasado desapercibidas por los expertos de moda, quienes aseguran que Federico es el único soberano europeo que osa a no llevar prendas a su medida exacta.
Existen quienes aseguran que reyes como Felipe VI de España jamás cometerían ese error. Sin embargo, a Federico parece que estas afirmaciones le tienen sin cuidado, de hecho, parece esmerado en comprobar que la desfachatez es parte de su estilo.
Salvo las fotografías donde el monarca porta su elegante uniforme militar, son decenas de imágenes que muestran al recién proclamado rey enfundado en un look que apenas le cierra.
Mary de Dinamarca, la cara opuesta al estilo de Federico X
Por otro lado, tenemos el caso de la reina consorte Mary Donaldson, quien, si bien siempre se había mostrado sofisticada, desde su ascenso al trono ha refinado aún más su estilo, haciendo de cada una de sus selecciones de moda un statement para las fashionistas +40 que buscan inspiración para lucir elegantes.
Para contrastar la elegancia de la australiana con el desaliño de su esposo, la Casa Real danesa ha puesto en marcha una estrategia en la que ambos mimetizan sus atuendos por medio de prendas en común, aunque la eficacia de dicha jugada aún no queda comprobada del todo.