En el entorno de la familia real británica, los apodos y sobrenombres han sido una tradición tanto en círculos internos como en la opinión pública. Recientemente, se ha filtrado que el personal del Palacio de Buckingham utiliza un apodo particular para referirse al príncipe Harry y a su tío, el príncipe Andrés: “los príncipes de los problemas”.
El mote “The Dukes of Hazzard”, que por el contexto inglés se podría traducir como los “duques del peligro”, refleja las controversias que ambos han protagonizado en los últimos años, afectando su relación con la monarquía y la percepción pública.
El príncipe Andrés, duque de York, ha estado en el centro de múltiples polémicas, especialmente debido a su asociación con Jeffrey Epstein, condenado por delitos sexuales. En una entrevista con la BBC en 2019, Andrés intentó defenderse, pero sus declaraciones fueron ampliamente criticadas, llevando a su retiro de las funciones públicas.
Además, ha enfrentado acusaciones legales y ha sido vinculado con actividades cuestionables, como el uso de un nombre falso para registrar una empresa de inversión privada.
El príncipe Harry y su distanciamiento de la corona
Por su parte, el príncipe Harry, duque de Sussex, junto a su esposa Meghan Markle, decidió en 2020 alejarse de sus deberes reales y establecerse en Estados Unidos. Esta decisión, conocida como “Megxit”, generó tensiones dentro de la familia real y debates en los medios sobre las razones detrás de su partida.
Desde entonces, Harry ha participado en entrevistas y proyectos que han revelado aspectos internos de la vida real, lo que ha sido visto por algunos como una traición a la privacidad de la monarquía.
La filtración de este apodo pone de manifiesto la percepción interna que existe sobre ambos príncipes. Mientras que Andrés ha sido excluido de eventos familiares y enfrenta un aislamiento creciente, Harry ha centrado sus esfuerzos en causas benéficas en Estados Unidos, aunque su relación con la familia real sigue siendo tema de especulación. La utilización de este tipo de motes refleja cómo, incluso en instituciones tan formales como la monarquía británica, el personal encuentra formas de expresar sus opiniones sobre las dinámicas internas y las acciones de sus miembros.
La revelación del apodo “los príncipes de los problemas” para referirse al príncipe Harry y al príncipe Andrés evidencia las tensiones y desafíos que ambos han representado para la familia real británica en tiempos recientes. Sus acciones y decisiones han tenido repercusiones significativas tanto dentro del Palacio de Buckingham como en la percepción pública, subrayando las complejidades de pertenecer a una institución con siglos de historia y tradición.
