Luego de que se diera a conocer que el rey Carlos III padece cáncer y que se encuentra recibiendo tratamiento, la reina Camilla y el príncipe William se han convertido en las principales caras de la Familia Real Británica en este difícil momento.
Es por ello que tanto su esposa como su hijo han asumido parte de las responsabilidades del monarca, ya que debido a que está tratándose de su enfermedad no podrá hacer apariciones públicas y se limitará a trabajar desde su oficina, firmando papeles y realizando sus audiencias semanales con el primer ministro.
El príncipe William y la reina Camilla: de la enemistad a trabajar juntos
La situación del rey Carlos y la convalecencia de Kate Middleton ha hecho que la dinámica de los Windsor haya cambiado por completo, ya que ante estas ausencias han sido Camilla y William los que han tomado las riendas de la corona inglesa.
Sin embargo, hace veinte años esta alianza entre madrastra e hijastro habría sido impensable, ya que recordemos que Camilla Parker fue duramente rechazada por la realeza británica, sobre todo por la reina Isabel y por los hijos de su segundo marido, ya que fue la tercera en discordia entre Diana y Carlos.
Tanto William como Harry culparon por años a la actual reina consorte de todo lo malo que ocurrió en su familia. Algo que incluso fue abordado en la última temporada de la serie The Crown, en la que vemos el gran distanciaiento entre Carlos y su primogénito.
Mientras que en la vida real los hermanos tampoco se llevaban muy bien con su madrastra, hasta que con el paso de los años la fueron aceptando. Pero en tiempos recientes, han quienes sugieren que el heredero al trono no tiene la mejor relación con Camilla, aunque al ojo público aparenten llevarse muy bien.
Durante la coronación de Carlos III, se dice que a Kate Middleton no se le permitió invitar a las parejas de sus hermanos a la ceremonia, mientras que Camilla Parker sí habría invitado a sus más cercanos, lo que habría molestado a los príncipes de Gales.
También, el príncipe Harry reveló que William había dejado en claro que a la reina consorte la trataría como la pareja de su padre, pero que no la consideraría como la abuela de sus tres hijos.
En cualquier caso —y si es que dicha enemistad existe— ambos tendrán que dejarla atrás para trabajar juntos y sacar a flote a la monarquía inglesa que se encuentra en un momento muy complicado.