La princesa Amalia de Holanda inició el 2025 con un cambio significativo en su vida como heredera al trono. Desde el 1 de enero de este año, la joven de 21 años comenzará a percibir, por primera vez, su asignación anual como parte de sus responsabilidades reales.
En 2021, al cumplir la mayoría de edad, Amalia declinó recibir la asignación pública de 1.5 millones de euros al año que le correspondía como heredera al trono neerlandés. En aquel entonces, incluso, en una carta dirigida al primer ministro de Países Bajos argumentó que no se sentía cómoda aceptando la suma de dinero mientras no pudiera justificarla con labores oficiales, especialmente en un contexto donde la pandemia de Covid-19 afectaba gravemente la economía de los ciudadanos.
Este gesto fue considerado como un acto de gran sensibilidad social, alineado con los valores modernos que la princesa había demostrado a lo largo de los años. Sin embargo, en mayo del año pasado la princesa de Orange cambió de opinión y envió otra carta en la que solicitaba que se le diera su asginación anual y explicabael motivo de ello.
¿Por qué Amalia de Holanda decidió pedir su sueldo?
La decisión de comenzar a percibir este sueldo a partir de 2025, según explicó la propia Amalia, responde a la necesidad de asumir mayores responsabilidades como heredera. Una parte de dicha asignación estará destinada a su mantenimiento personal, mientras que el resto cubrirá gastos institucionales, como la gestión de un equipo de trabajo y actividades oficiales.
Según lo establece la legislación neerlandesa desde 2009, este presupuesto también incluye la manutención de una secretaría personal, crucial para la agenda pública que deberá cumplir en los próximos años. Actualmente, la joven royal continúa sus estudios universitarios en la Universidad de Ámsterdam, donde cursa Política, Psicología, Derecho y Economía.
Pero a pesar de ser una joven estudiante, ya ha enfrentado retos únicos en su posición, como las amenazas de la mafia que en el pasado la obligaron a vivir en Madrid por un tiempo. Estas circunstancias, han moldeado su carácter y la han impulsado a prepararse para desempeñar su rol de manera autónoma y con recursos adecuados.
Además, el paso al frente que da la princesa Amalia al aceptar esta asignación también pone de relieve su compromiso con la monarquía neerlandesa y el futuro de su nación. Mientras que su ejemplo ha tenido eco en otros herederos europeos, como Elisabeth de Bélgica y Christian de Dinamarca, quienes han tomado decisiones similares respecto a sus ingresos reales.
Con este nuevo capítulo, Amalia refuerza su posición como una figura moderna y comprometida dentro de la realeza, preparada para liderar con responsabilidad y cercanía hacia los ciudadanos.
