En esta semana se llevó a cabo uno de los últimos eventos oficiales de la reina Margarita como monarca, al cual también se dieron cita su hijo Federico y su esposa, Mary de Dinamarca, en donde ambas royals lucieron unas fastuosas tiaras dejando a todos impresionados.
Para nadie es un secreto que este tipo de joyas son de las más preciadas en cualquiera de las casas reales de Europa, y en el caso de la monarquía danesa tampoco es la excepción, ya que los tocados que usaron tanto la reina como su nuera, además de ser bastante ostentosas, también guardan un gran significado e historia que aquí te contamos.
Las tiaras de la reina Margarita y Mary de Dinamarca
El pasado 1 de enero, Margarita II acudió a la tradicional cena de gala con la que la Familia Real Danesa recibe al Año Nuevo, en donde se dan cita miembros del Gobierno y los representantes del país, concretamente a los Cuerpos de Oficiales, el Cuerpo Diplomático, las Fuerzas Armadas y la Agencia Danesa de Emergencias.
Para este evento, la monarca eligió vestirse con un vestido naranja y lo combinó con la emblemática tiara Pearl Poire, la cual perteneció a la princesa Luisa de los Países Bajos, y a su vez, ésta se la dejó a su hija Luisa de Suecia, que después sería conocida como Luisa de Dinamarca.
Junto con esta tiara de 18 perlas en forma de pera —de ahí su nombre— viene también un broche de diamantes con cinco perlas colgantes, así como un collar de perlas y diamantes que fue agregado después. Sin embargo, Luisa dejó estipulado que este conjunto no podría separarse o venderse, que sería conservado y que pasaría de monarca a monarca, de acuerdo con lo que recoge Vanity Fair.
Por su parte, la princesa Mary eligió para la ocasión un elegante vestido largo de terciopelo en color granate, de la firma danesa Birgit Hallstein, y una tiara floral de rubíes que data desde la época de la entronización de Napoleón Bonaparte.
Sin embargo, esta diadema era antes un par de pasadores de cabello que fueron unidos, con el tiempo, para dar forma a la tiara. Asimismo, la pieza fue heredada al príncipe Federico por parte de su abuela —la reina Ingrid de Suecia— para finalmente llegar hasta Mary de Dinamarca.