Desde que Meghan Markle y el príncipe Harry se alejaron de la Familia Real Británica y se establecieron en Montecito, California, muchas preguntas han surgido sobre el futuro de sus hijos, los príncipes Archie y Lilibet.
En el caso de su primogénito, Archie, si bien nació en Londres y mantiene su lugar en la línea de sucesión al trono británico, su vínculo con el Reino Unido ha sido mínimo, lo que ha generado una creciente preocupación en su madre, según un experto en realeza.
Archie y Lilibet crecerían lejos de la Familia Real Británica
De acuerdo con lo que sugirió el escritor real Tom Quinn, uno de los mayores temores de Meghan sería el cómo la distancia que existe con la Familia Real Británica pudiera impactar en la identidad de sus dos hijos. Según este autor, la duquesa de Sussex teme que, al crecer, Archie y Lilibet puedan sentir que se les privó de una vida en el Reino Unido, donde habrían tenido la oportunidad de relacionarse con sus primos y conocer más de cerca su herencia real.
“Meghan sí extraña algunos aspectos de la vida en el Reino Unido y le preocupa que sus hijos la culpen si, en el futuro, sienten que se perdieron de lo que pudo haber sido una existencia significativa y divertida en la realeza”, aseguró Quinn en declaraciones recogidas por The Mirror.
Esta idea es similar a lo que sugiere Jennie Bond, excorresponsal de la BBC, ya que ella considera que es natural que los niños, al crecer, se interesen por su origen. “Cuando tu familia es una de las más famosas del mundo, es inevitable que en algún momento te preguntes por qué apenas conoces o recuerdas a tus parientes”, declaró a OK! Magazine.
Además, Bond también coincide en que la responsable de que los pequeños royals no se relacionen con la realeza sería la exactriz de Suits. “Imaginen a Archie, ya adolescente, diciéndole a sus amigos: ‘Mi abuelo fue rey y mi tío también lo será’, pero sin haber compartido apenas momentos con ellos. Eso sería triste… y Meghan tendría que asumir parte de la responsabilidad por ello”, comentó.
A pesar de todo, esta experte cree que Meghan y Harry quieren lo mejor para sus hijos y que, con el tiempo, las tensiones familiares podrían suavizarse. “Espero que, cuando Archie y Lilibet crezcan, la familia esté más unida, aunque sigan viviendo lejos. Esto no es culpa de los niños, así que los adultos deberían hacer lo posible para mejorar la situación para la próxima generación de la realeza”, expresó.
Si bien Meghan ha dejado claro en varias ocasiones que no tiene intención de volver al Reino Unido, los expertos en la realeza insisten en que “nunca se puede decir nunca” en estos casos. Y si bien por ahora Archie y Lilibet crecen alejados de la vida en palacio, el peso de su linaje es algo que, inevitablemente, los acompañará siempre.